El ejercicio físico ayuda a mejorar la salud de personas que padecen trastornos psiquiátricos. (ARCHIVO)
El ejercicio físico ayuda a mejorar la salud de personas que padecen trastornos psiquiátricos, revelaron investigadores de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) en Sevilla, España.
Los investigadores Javier Bueno Antequera, Miguel Ángel Oviedo Caro y Diego Munguía Izquierdo, miembros del grupo Actividad física, salud y deporte, de la UPO, centraron el proyecto “PsychiActive” en el Hospital Psiquiátrico Penitenciario de Sevilla.
A través del estudio demostraron que el ejercicio regular mejora la salud física y mental de la población general y específica, como los pacientes psiquiátricos en prisión, destacó la institución universitaria en su página de Internet.
Al tomar en cuenta que uno de cada siete internos tiene al menos un trastorno mental y este repercute de manera negativa sobre su salud y comportamiento, disparando el gasto sanitario, los especialistas resaltaron la importancia de su enfoque en esta población.
Javier Bueno Antequera afirmó que es necesario considerar educadoras y educadores físicos y deportivos cualificados para minimizar la tasa de abandono y optimizar los beneficios del ejercicio.
El especialista Diego Munguía Izquierdo explicó que con la evidencia recabada no prescribir ejercicio físico a pacientes físicamente debilitados debería considerarse una negligencia.
En el proyecto se evaluaron los efectos y viabilidad de una intervención mediante ejercicio físico, a lo largo de 12 semanas, incluyendo sesiones grupales de ejercicios aeróbicos y de fuerza.
Con el registro de variables como condición física, medidas antropométricas, asistencia, persistencia, abandono y sus motivos, concluyeron que la intervención produjo beneficios sustanciales en la condición física, cardiorrespiratoria, fuerza muscular y medidas antropométricas.
Diseñado y supervisado por los especialistas Bueno Antequera y Oviedo Caro, los resultados del estudio se publicaron en la revista académica “Clinical Rehabilitation”.
La investigación podría aumentar la conciencia de los profesionales de la salud sobre la importancia de la actividad física como medicina en las penitenciarías y alentar a la comunidad científica para abundar en las investigaciones sobre este tema.
