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NUESTRO CONCEPTO

Uno de los vacíos que existen en el conflicto jurídico que actualmente tiene enfrentados, a nivel municipal, a la plataforma electrónica de servicio privado de transporte Uber y el modelo tradicional de taxis es que no se ha tomado la opinión de los usuarios para permitir que ambas formas de negocio convivan en un momento histórico en el que también las transacciones comerciales tienen un nuevo espacio, y se llama Internet.

El argumento de las autoridades municipales sobre la falta de legislación tributaria para Uber, y la desventaja que esto genera al modelo de taxis, es innegable, como también lo es que durante años la calidad del servicio de taxi ha ido en picada. Unidades en mal estado, sin clima en una región en la que el calor es un factor a considerar, conductores mal presentados y sin una conciencia de servicio es con lo que tienen que lidiar a diario los usuarios.

Como también es una realidad que una cantidad considerable de taxistas no usan el taxímetro y cobran a discreción, o el hecho de que durante años los conductores han sido víctimas de la usura y el coyotaje por un número pequeño de dueños de concesiones que les cobran rentas excesivas y no invierten en sus unidades; en cierta medida son más responsables del mal servicio esos concesionarios, que llegan a tener incluso más de un centenar de carros, que los conductores que los enriquecen.

Por esta razón la llegada de Uber, ahora con su reciente ingreso a La Laguna de Durango, es una realidad imposible de remover. Por más que las autoridades municipales apoyen a diferentes empresas de taxi y se presuman aplicaciones modernas y efectivas, el problema siguen siendo las unidades y la calidad del servicio. Uber es incluso más económico en muchas ocasiones, sus unidades son de modelo reciente, todas con clima y conductores bien presentados.

Vivimos un modelo histórico marcado por las compras en línea, las transacciones bancarias desde el teléfono y el consumo de contenidos a través de la red; lo mismo tenía que pasar con el transporte, el concepto de hotelería y muchos bienes y servicios más que migran de un modelo a otro. Esto no significa que todo en Uber sea bueno. Habrá mucho por regular, sobre todo en el área tributaria, pero atacarlo es un error, porque además es una fuente de empleo para cientos de familias.

Y regresando a la pregunta clave: ¿Han tomado en cuenta la opinión del usurario las autoridades? Porque al final, son ellos los que también tienen el derecho a escoger entre uno y otro servicio, y de la misma forma en la que las mismas autoridades buscan ser implacables en la aplicación de la ley para este modelo privado de transporte, también lo deberían hacer para que el modelo tradicional de taxis cumpla con las normas que los obligan a modernizar los vehículos y mantenerlos en buen estado.

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