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En qué medida Rotary ha cambiado para ampliar el acceso al agua salubre a largo plazo

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Dr. Ignacio Méndez Lastra

La falta de acceso al agua salubre, instalaciones de saneamiento y recursos de higiene, es uno de los mayores problemas de salud pública en el mundo y uno de los más difíciles de resolver.

Durante décadas, Rotary ha trabajado para proporcionar agua potable mediante la excavación de pozos, la instalación de tuberías, distribución de filtros e instalación de lavabos y retretes. Sin embargo, uno de los mayores retos es el que se presenta después de la provisión de instalaciones. A menudo, ocurre que los proyectos tienen éxito al comienzo, pero fracasan en última instancia.

Según la firma de consultores Improve International, si se incluye todo tipo de organizaciones, sólo en África Subsahariana, el costo acumulado del fracaso de los sistemas de suministro de agua asciende a entre USD 1200 millones a USD 1500 millones.

Los proyectos de Rotary solían centrarse en la excavación de pozos, pero Rotary ahora pone de relieve los proyectos de educación para la higiene, debido a su mayor impacto.

Rotary International

En algunas partes de África, Sudamérica y Asia Meridional, suelen verse bombas de agua oxidadas e instalaciones de saneamiento en ruinas, triste testimonio de proyectos de servicio insostenibles. En una evaluación efectuada en 2013 por la empresa de consultores independientes Aguaconsult, se indica que los proyectos realizados por Rotary se vieron afectados por los citados problemas. La evaluación incluye, también, un enfoque en la sostenibilidad para la planificación de proyectos más eficaces.

Ese es uno de los factores por los cuales Rotary en los últimos años ha cambiado de enfoque para poner de relieve la educación, la colaboración y la sostenibilidad.

Con ayuda de las Subvenciones Globales de la Fundación Rotaria, un dedicado Grupo de Acción Rotaria y la alianza con la Agencia de EUA para el Desarrollo Internacional (USAID), los programas de Rotary para el suministro de agua, saneamiento e higiene, conocidos por sus siglas WASH, están logrando cambios mayores y más duraderos.

"Aunque a los proyectos de Rotary en el área de agua y saneamiento los animaban las mejores intenciones, muchos de ellos no siempre atendían a las necesidades reales de la comunidad", afirma F. Ronald Denham, miembro fundador y presidente emérito del Grupo de Acción Rotaria de Agua y Saneamiento. Este grupo, formado en 2007, se centra en un enfoque basado en las necesidades de las comunidades beneficiarias y en la sostenibilidad de los proyectos.

Anteriormente, los equipos e infraestructura se instalaban debidamente y eran bien recibidos, pero algunas veces, los beneficiarios no se sentían propietarios del proyecto, no se impartía educación y las instalaciones no eran sostenibles. A menudo, las comunidades no recibían suficiente apoyo para gestionar los proyectos en forma independiente a largo plazo.

Uno de los obstáculos que dificultan la sostenibilidad radica en la escasa participación personal de los involucrados.

Los socios de Rotary son voluntarios. "Al igual que todo el mundo, los rotarios tienen prioridades profesionales y familiares", señala Denham, quien ha trabajado con diversos clubes para abordar asuntos de suministro de agua, saneamiento e higiene durante más de 30 años, y dirigió proyectos en Etiopía, Ghana, India, Kenia y Uganda.

Al referirse a los socios de Rotary que trabajan para mejorar sus propias comunidades, indica lo siguiente: "Para los clubes anfitriones es difícil, entre otras cosas, gestionar los proyectos WASH a largo plazo", especialmente si incluyen componentes técnicos. "Estamos dedicados de lleno a nuestra labor, pero necesitamos ayuda. Involucrar a la gente es esencial para nuestro éxito".

Involucramiento y sentido de propiedad por parte de la comunidad

Dicho éxito depende cada vez más de la colaboración con organizaciones que aportan recursos complementarios, financiamiento, tecnología, contactos, conocimientos sobre una cultura específica o competencias de otro tipo.

Socios de Rotary trabajan con expertos locales para asegurarse de que los proyectos atiendan a una necesidad local y sean sostenibles. Los docentes Mark Adu-Anning y John Kwame Antwi trabajan con el ingeniero Jonathan Nkrumah, la socia de Rotary Vera Allotey, y el líder de Atekyem, Nana Dorman II, en proyectos de saneamiento en Ghana.

"Los clubes necesitan involucrarse más en la comunidad y comunicarse con sus líderes y organizaciones profesionales", afirma Denham. "Más importante aún, tenemos que entender las necesidades de la comunidad. No podemos suponer ni adivinar qué proyectos les serían más beneficiosos".

Con el correr del tiempo, la Fundación Rotaria ha constatado que el involucramiento de la comunidad es fundamental para efectuar cambios a largo plazo. Ahora se requiere que los clubes que soliciten subvenciones para ciertos proyectos en otros países demuestren que los residentes locales han ayudado a trazar el plan del proyecto.

La comunidad debe desempeñar un papel importante al decidir qué problemas abordar, evaluar los recursos disponibles, buscar soluciones y trazar un plan de mantenimiento a largo plazo.

Ningún proyecto puede tener éxito, añade Denham, a menos que la comunidad pueda gestionarlo en última instancia.

En 2010, su club, el Club Rotario de Toronto Eglinton, Ontario (Canadá), acordó oficiar en calidad de copatrocinador internacional en un programa de agua y saneamiento en el Gran Valle del Rift (Kenia), donde escasea el agua salubre.

Cuando los análisis iniciales del agua subterránea revelaron la existencia de elevados niveles de flúor, para evitar ese tipo de contaminación, los clubes patrocinadores decidieron suspender la excavación de pozos artesianos, y se abocaron a la instalación de dispositivos de recolección de aguas pluviales.

El Club Rotario de Nakuru (Kenia), el club anfitrión local, ahora proporciona materiales y enseña a las familias a construir sus propios tanques de 10,000 litros. Cada familia es responsable de la mano de obra y el mantenimiento. Con una inversión de USD 50, una familia puede conseguir suficiente agua para sobrevivir durante la estación seca.

Hasta la fecha, el proyecto ha financiado la construcción de más de 3000 tanques, que abastecen de agua aproximadamente a 28,000 personas. Los integrantes de las familias beneficiarias ya no se ven obligados a caminar unos cuantos kilómetros diarios para acarrear agua, ardua tarea de la cual a menudo suelen encargarse las mujeres y niños.

Como propietarias de los tanques, se ha empoderado a las mujeres para redefinir el trabajo en el hogar. Y con ayuda de los micropréstamos que obtienen por medio de los clubes rotarios, las madres gestionan pequeños negocios y, en vez de acarrear agua, generan ingresos para sus familias.

"Al ser propietarias las lugareñas, sus hijos también se benefician porque ahora disponen de tiempo para asistir a la escuela", explica Denham.

"SÉ LA INSPIRACIÓN".

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