La Ciudad Blanca de Tel-Aviv es sin duda una cátedra de urbanismo. (ESPECIAL)
La Bauhaus concentró muchas de las ideas revolucionarias y de vanguardia que influenciaron y cambiaron por completo el mundo del diseño, el arte y la arquitectura del siglo XX.
Más que una escuela, fue un movimiento del pensamiento y una revolución en la enseñanza del arte con un método basado en talleres que formaban a los estudiantes como artistas y artesanos, fundamentado en respetar espacios, colores y formas y en donde relacionar la vida cotidiana a un nivel estético fue su constante búsqueda.
Su fundador Walter Gropius afirmó que la mayor contribución de la Bauhaus al mundo fue el desarrollo de una ciencia visual.
La escuela fundada en la ciudad alemana de Weimar, que era considerada el centro cultural del país, nació de la catástrofe después de la Primera Guerra Mundial y basó sus ideales en un cambio de condiciones de vida. Su fundador estuvo al frente de la guerra y deseaba un mundo donde la máquina fuera domesticada en beneficio del hombre y no en su contra, y así fue como nació el famoso manifiesto Bauhaus que significa La casa de la Construcción publicado en 1919 y que dio origen a este importante proyecto donde el objetivo final de toda actividad creativa era la construcción.
Para este aniversario 100, que se celebra en 2019, la Universidad de Weimar ha lanzado un semestre de Bauhaus, a partir de octubre de 2018. "En conferencias y coloquios, por ejemplo, consideramos qué ideas de entonces se pueden transferir a nuestra era digital o a nuestras preguntas sobre la relación entre el hombre, la naturaleza y la tecnología", publicó Nathalie Singer, Profesora de Radio Experimental y vicepresidenta de la Universidad de la Bauhaus para el dossier de su centenario. "Ahora nos enfrentamos, por ejemplo, a la gran pregunta de qué es lo que la digitalización está haciendo con el diseño, pero también con la sociedad y su comportamiento".
La Bauhaus rompió con el conformismo de la época, formando nuevos estudiantes de la mano de profesores como Paul Klee, Johannes Itten, Oskar Schlemmer, Josef Albers y Wassily Kandinsky.
Edificio remodelado de la Bauhaus Dessau. Foto: Flickr
En 1925 la Escuela se mudó a Dessau, en donde se construyó una de las edificaciones más simbólicas del Movimiento, un edificio con ventanales en muro cortina y hormigón armado. En 1932 con el arribo al poder del Partido Nazi y el régimen fascista invadiendo Alemania, dejaron de recibir apoyo financiero y se trasladaron a Berlín hasta que fue cerrada por la Gestapo en 1933.
Durante esos años varios de los integrantes de la Escuela emigraron a Estados Unidos donde desarrollaron en Chicago una continuación de la Bauhaus. Mientras que otros optaron por emigrar a lo que era el Mandato Británico en Palestina (hoy en día Israel, Jordania y Palestina), entre ellos se encontraba el destacado arquitecto Arieh Sharon quien abrió su oficina de arquitectura en Tel-Aviv.
CIUDAD DE BAUHAUS
En 1909, en tiempos del Mandato Británico en Palestina se fundó Tel-Aviv, que desde sus inicios se desarrolló con el concepto de metrópoli. La denominada Ciudad Blanca inicia su construcción a principios de 1930 bajo el trazado del urbanista británico sir Patrick Geddes basado en los principios del urbanismo orgánico moderno. Geddes diseñó el tamaño de los bloques y calles pero no determinó un estilo arquitectónico específico. Fue en 1933 cuando llegan a Palestina destacados arquitectos judíos de la Bauhaus huyendo del régimen Nazi, Arieh Sharon, Shmuel Mestechkin, Munio Gitai-Weinraub y Shlomo Bernstein, que propusieron un novedoso y moderno plan de urbanismo para la ciudad.
Aprovechando la ausencia de convenciones arquitectónicas previas, pusieron en práctica los principios de la escuela alemana, haciendo énfasis en la funcionalidad de materiales arquitectónicos asequibles para el clima desértico y costero, logrando llevar a cabo el ideal de la Bauhaus en Tel-Aviv. Sin duda una oportunidad que no desaprovecharon.
Rothschild Boulevard 1937. Foto: Zoltan Kluger
El resultado fueron construcciones caracterizadas por colores claros, siendo el blanco el más utilizado, con el objetivo de reflejar la luz del sol y balcones prolongados y angostos para proveer de sombra a las ventanas. A diferencia de las grandes propuestas de ventanales que se hacían en los edificios europeos, optaron por una opción más conveniente a las condiciones climáticas de la región y utilizando el característico hormigón y el carácter funcional del diseño de la Bauhaus se realizó exitosamente la construcción de la Ciudad Blanca.
Son alrededor de 4 mil edificios construidos con el estilo Internacional-Moderno, basado en los ideales de la escuela alemana. El complejo arquitectónico sufrió severos daños con el paso del tiempo, muchos de los inmuebles se fueron deteriorando, algunos hasta ser destruidos.
Fue a partir del 2003 que la UNESCO declaró a la Ciudad Blanca como Patrimonio de la Humanidad y con esto se logró poner en protección al conjunto arquitectónico bajo el respaldo de dos criterios:
“…Es una síntesis de la importancia sobresaliente de las diversas tendencias del Movimiento Moderno en arquitectura y planificación urbana a principios del siglo XX. Dichas influencias se adaptaron a las condiciones culturales y climáticas del lugar, así como a su integración con las tradiciones locales”.
“La nueva ciudad de Tel Aviv es un ejemplo sobresaliente de nueva planificación y arquitectura de ciudades a principios del siglo XX, adaptada a los requisitos de un contexto cultural y geográfico particular”.
Con esto se logró poner en protección al conjunto arquitectónico que hoy en día se encuentra ubicado en el corazón de Tel-Aviv en las diferentes vías del centro histórico especialmente en el Rothschild Boulevard y es visitado por turistas durante todo el año en donde el Bauhaus Center es el único operador turístico autorizado de Arquitectura de Bauhaus y de proporcionar información y promover el conocimiento sobre el valor arquitectónico cultural de la Ciudad Blanca de Tel Aviv.
Edificio perteneciente a la Ciudad Blanca de Tel Aviv. Foto: Elad Alon
PERSECUCIÓN
La Bauhaus sufrió persecución y prohibición durante el mando del Partido Nazi, basta con recordar la famosa exposición “Arte degenerado” inaugurada en 1937 como parte de una estrategia en contra de la cultura moderna, en donde se exhibieron obras de maestros y alumnos de la Bauhaus acusándolos de ser ejemplos de la decadencia y de supuesta degeneración.
La exhibición mostró las pinturas y las esculturas de artistas como Marc Chagall, Wassily Kandinsky y Paul Klee acompañadas de dibujos de enfermos mentales y fotografías de personas con deformidades físicas. La muestra fue presentada en varias ciudades de Alemania y el 20 de marzo de 1939 se quemaron miles de obras de arte en Berlín.
La persecución contra el arte moderno hizo que los artistas se trasladaran hacia otros países. Ese desplazamiento logró que el Movimiento trascendiera fronteras llevando sus ideas y propuestas a otros continentes, expandiendo así su gran legado.
La Ciudad Blanca de Tel-Aviv es sin duda una cátedra de urbanismo, una muestra de cómo se puede diseñar una ciudad basada en los conceptos de funcionalidad y estética, que si no fuera por la migración forzosa de los jóvenes arquitectos judíos a Palestina, quizás no tendríamos esa maravillosa obra maestra de la arquitectura.
Además, es un ejemplo de que en tiempos de crisis suceden cosas prodigiosas e indudablemente la Ciudad Blanca es el mayor legado arquitectónico de la Bauhaus.
