El de ayer no fue un domingo cualquiera para los laguneros aficionados a Santos. Fue el día marcado desde que se da a conocer el calendario. El partido que nadie se quiere perder, al recibir a las Águilas del América.
"Boletos agotados" se dio a conocer desde días atrás, previendo un lleno total y espectacular ambiente, por lo que la gente tomó sus precauciones y desde horas antes del silbatazo inicial, ya estaban arrancando con su propia fiesta en el estacionamiento del estadio. Largas filas por la carretera Torreón - San Pedro, todos tratando de llegar al estadio, pero también las filas eran prolongadas para comprar los lonches de adobada, para ingresar a las tiendas de conveniencia y hasta para usar los sanitarios, toda espera valía la pena con tal de entrar a ver el partido.
En las inmediaciones del cumpleañero TSM, los vendedores exhibían gran cantidad de prendas en color amarillo, desde playeras y bufandas, hasta pañaleros y peluches, sabiendo de la gran cantidad de afición americanista en La Laguna, por lo que era el día indicado para sacar la mercancía que se fue en buen número, también gracias en parte a los procedentes de Sinaloa, Chihuahua y hasta Baja California. Familias enteras acudieron al partido, de esas familias que son amorosas, pero se dividen al menos dos veces al año, ayer fue una de esas ocasiones, por lo que no fue raro ver tomadas de la mano a personas con camisetas de Santos y América.
Sonaron "Las mañanitas" en el altoparlante del estadio Corona, recordando que hace nueve años La Laguna se convirtió en un ejemplo para el deporte en Latinoamérica, inaugurando el complejo cultural, religioso, deportivo y de espectáculos que hoy presumen los Guerreros como su casa. Saliendo a calentar los Guerreros, aplausos sonoros, pero apenas ingresando a la cancha los visitantes, tremendos abucheos haciendo recordar el viejo Corona, empezando la afición a presionar desde antes del inicio del encuentro.
Ya con los equipos en la cancha, se guardó un minuto de aplausos en memoria de Don Melquiades Sánchez Orozco, inolvidable voz del estadio Azteca, poniéndose de pie la afición de manera respetuosa. Pasó poco más de media hora para el primer pleito en la tribuna y el primer americanista desalojado, sin pasar a mayores la situación, generándose mayor drama al fallar Julio César Furch una oportunidad bastante clara, apagándose la voz de los aficionados cuando ya estaban gritando el primer gol.
Tuvo que esperar la celebración hasta que llegó la parte complementaria, fue mediante un cabezazo de goleador Furch, sin saltar, que se desató el festejo en la tribuna y pareció romper la tensión existente en la atmósfera. "Dale campeón, dale, dale, dale campeón", se volvió a cantar a todo pulmón, tocaba el turno de aguantar a los americanistas, ya abajo en el marcador. Entró el partido en un lapsus de relajación y la tribuna hizo lo propio, como si estuvieran afinando la garganta para alentar durante los minutos finales.
Sin embargo, esa calma se rompería con otra jugada a balón parado, quizá cuando menos esperaban las Águilas obtener el empate, llegó Bruno Valdez para en un magistral testarazo decretar la igualada, explotando el estadio con la gran cantidad de americanistas. Santos tuvo sus oportunidades de ganarlo, pero se quedaron cortos en los intentos, faltos de puntería y aunque "Chava" Reyes hizo ingresar a sus hombres peligrosos de ofensiva, simplemente la pelota no acabó por entrar ante una zaga americanista que resistía atrincherada en su portería.
Silbatazo final y sinsabor para los santistas, no hubo abucheos para despedir a los jugadores, pero tampoco ese festejo que anhelaban los seguidores albiverdes ante unos americanistas que sacaban el pecho, presumiendo el punto que se llevaron a casa. Grupo musical, gruitarrista y DJ proporcionó el Club Santos a sus aficionados para permanecer en TSM y festejar sus 9 años de existencia, además del torneo invicto que firmaron y de una vez preparando el ambiente rumbo a la liguilla.
La afición santista apoyó a sus Guerreros hasta el final del importante encuentro.
