Kohler está considerado como “la mano derecha” del presidente francés Macron, de quien es un amigo personal y su jefe de gabinete en el Palacio del Elíseo. (AP)
La fiscalía nacional financiera de Francia abrió hoy una investigación por presunto conflicto de intereses sobre el secretario general de la presidencia de Francia, Alexis Kohler, el jefe de gabinete del gobierno de Emmanuel Macron, anunciaron fuentes oficiales.
Kohler está considerado como “la mano derecha” del presidente francés Macron, de quien es un amigo personal y su jefe de gabinete en el Palacio del Elíseo, sede de la presidencia francesa y residencia oficial de los presidentes del país europeo.
La investigación fue abierta luego de que la asociación anticorrupción “Anticor” presentara una denuncia contra el número dos del Palacio del Elíseo por los cargos de “conflicto de intereses, tráfico de influencias y corrupción pasiva”.
La fiscalía nacional financiera de Francia (PNF por sus siglas en francés) explicó en un comunicado que abrió la investigación para “verificar si las reglas de los funcionarios fueron respetadas” en el caso de la atribución de contratos a la empresa MSC en el periodo en el que Kohler es sospechoso de haber influido.
La investigación fue encargada a la brigada de represión de la delincuencia económica de la Prefectura de Policía de París, precisaron las fuentes.
La Fiscalía investigará si Kohler incurrió en favoritismo cuando era alto funcionario del Ministerio francés de Economía en la atribución de contratos por parte del Estado francés a la empresa naviera de cruceros italiano-suiza Mediterranean Shipping Company (MSC).
Medios locales revelaron lazos familiares y profesionales de Kohler con la empresa de cruceros, a la que podría haber favorecido en la atribución de contratos con el Estado francés a cambio de un puesto de director financiero en la compañía, según la web de noticias Mediapart.
Kohler “se pudo beneficiar y pudo hacer beneficiarse de contratos” a MSC explicó un analista de la televisora privada local BFMTV.
“Son sospechas totalmente infundadas” respondieron de su lado fuentes de la presidencia francesa.
