Despegarse, pero sin dejar el suelo

Las cosas buenas no suceden por error y menos cuando, por más de cinco décadas, el grupo de marcas premium alemanas ha creado una distancia tan grande con el resto de la industria que han inventado una competencia que se reduce a tres o cuatro actores. En este sentido, Audi asegura presentar el nuevo referente para los modelos que le disputan el exigente mercado, como el BMW Serie 5 o el Mercedes-Benz Clase E.

Ante tal seguridad de parte de los anfitriones, desde el comienzo de la experiencia con el Audi A6 hubo una actitud de escepticismo de mi parte en un recorrido que nos llevó de Porto a una región montañosa a 200 kilómetros del punto de partida.

Entrar en el Audi A6 es una especie de inmersión a lo desconocido, pues es tan variada la serie de opciones de equipamiento en estilo y materiales, que prácticamente uno no sabe qué va a encontrar dentro de este sedán. No obstante, algo que ha mantenido la marca, y que merece todo el reconocimiento es que en cada una de las configuraciones existe una serie de acabados de primer nivel, inteligencia en el diseño y practicidad en el uso para que no sólo sea bonito, sino que sea fácil para usarse.

Dependiendo de la versión que se elija (Select, Élite y S Line), uno puede seleccionar si quiere un interior sobrio y elegante, uno lujoso y de corte brillante, o bien, uno que resalte los elementos más arriesgados y apele al desempeño del nuevo Audi A6. Todos ellos tienen el común denominador de que nada sea excesivo y la selección de elementos brinde una atmósfera armónica y relajada.

Audi entiende lo importante que es cubrir los elementos que convierten a un auto digno de pertenecer al apartado de modelos de lujo. No obstante, también son conscientes que la actualidad exige la cobertura de la mejor conectividad hacia la vinculación de dispositivos celulares.

Así pues, apuestan a una distinción de su competencia con la implementación del sistema operativo MMI touch (también presente en los ejemplares A7 y A8). A través de éste, los conductores podrán ser capaces de personalizar la interfaz digital del auto para que conozca sus preferencias en cosas sencillas como el tipo de música que regularmente escuchan o cosas más complejas como los hábitos de manejo en cuanto a posición del asiento, configuración de la suspensión y soltura del motor. Este conjugado de tecnologías es operado de manera vocal con comandos que han sido programados para un uso coloquial. Es decir, uno puede pedir "coloca el A6 como me gusta" y el auto se modificará a como sabe que manejamos.