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Sufre un infierno en su escuela

UN GRUPO DE NIÑOS Y NIÑAS DE LA MISMA EDAD DE LA VÍCTIMA, LO GOLPEABAN Y LE DESEABAN LA MUERTE

Miedo. Por usar anteojos, Angelito era agredido por un grupo de seis niños y niñas que cursaban el segundo grado de primaria. (ANGÉLICA SANDOVAL)

Miedo. Por usar anteojos, Angelito era agredido por un grupo de seis niños y niñas que cursaban el segundo grado de primaria. (ANGÉLICA SANDOVAL)

ANGÉLICA SANDOVAL

"Ahí viene la niñita, al que lo defiende su mamá y su papá". Desde hace unos meses, la escuela se volvió un infierno para Angelito de 7 años, que cursa el segundo grado de primaria.

El acoso escolar o "bullying" que sufrió por parte de seis de sus compañeros del salón de clases, lo orillaron a pensar en el suicidio.

"Ya estoy harto de esos mocosos mamita, ya me quiero morir porque nadie me protege de ellos", eso me lo dijo el niño a la hora de la comida, cuando empezaron las vacaciones de Semana Santa, cuenta Lidia, su madre, quien no pudo contener el llanto.

Angelito, le contó a sus padres que un grupo de niños y niñas de su misma edad, le escupían en la cara, que le decían que "ojalá se muriera, que su lonche era de la basura y que eran desperdicios, también le decían discapacitado y que estaba ciego" por usar anteojos, además le escondían sus cuadernos y le quitaban sus libros .

Y por si fuera poco, en la tiendita escolar pedía jugos y golosinas para cubrir los chantajes de sus agresores.

Dos días antes de su posada (en diciembre de 2017), cuando Lidia llegó a la primaria Ricardo Flores Magón de la colonia Las Carolinas de Torreón para pagar la cuota por el festejo, Angelito estaba escondido debajo de la mesa.

"Cuando estaba con la maestra Lourdes llega una niña y me dice que si yo soy la mamá de Angelito, le digo que sí. Me dice que unos niños lo golpearon, lo cargaron y lo aventaron, que le quitaron sus lentes, sus tenis y lo patalearon cuando estaban colgando las esferas. En ese momento la maestra me dice: 'Yo no vi nada, déjeme lo investigo', mi niño decía que le dolía una costilla".

Desde entonces, el pequeño de 7 años, entró en depresión, lloraba y no podía dormir. Se la pasaba enojado, dejó de jugar con sus dos hermanas de 5 y 3 años, comía en su habitación, se sentía angustiado, tenso y con miedo de asistir a clases.

¿CUÁNDO COMENZARON LAS AGRESIONES?

Lidia menciona que el "martirio" para su hijo comenzó a mediados de septiembre del año pasado.

"Yo siempre iba por él, pero de repente llegaba y se encerraba. Me decía que no había anotado la tarea y que no había hecho los trabajos. Fui a hablar con la maestra para ver lo que estaba pasando y me decía que no, que el niño estaba trabajando, sólo decía que lo iba a checar".

"Él no es grosero, no es violento, no se le maltrata, claro, él sabe que hay reglas, se le llama la atención... un día me dijo la maestra que ahí no lo podían atender que porque había muchos casos por delante".

Ante la falta de respuesta, la señora acudió a Cáritas de Torreón, en octubre de 2017. Ahí, una psicóloga le brindó atención al pequeño, diagnosticándolo con: Bullying Escolar.

Angelito comenzó con psicoterapia individual y sus padres, hicieron lo mismo.

La recomendación de la psicóloga fue modificar el ambiente escolar y familiar del niño para su beneficio emocional. También les aconsejó cambiarlo de centro educativo. "Le dije a la maestra lo que la psicóloga me comenta, y ella lo tomó muy a la ligera".

En enero de este año, Manuel Solís González, director de la primaria citó a los padres de la víctima y de los agresores para atender el problema.

"Nada más fueron tres de los papás, sólo se trató el asunto de la vez que los niños golpearon a mi hijo, días antes de la posada. Quedaron en que los niños iban a ser tratados por una psicóloga y que cada mes le iban a dar seguimiento, pero ya después el director no nos mandó llamar y siguió el acoso".

Finalmente y ante el continuo hostigamiento de sus compañeros de clase y la casi nula atención de parte las autoridades educativas, los padres de Ángel solicitaron su traslado a otra escuela.

Para ello, se pidió el apoyo de Luz Elena Torres García, encargada de la Unidad de Atención al Acoso Escolar en La Laguna de la Secretaría de Educación.

"Firmé un acuerdo donde el niño sería transferido a otra escuela, pero me lo dieron de baja sin tenerle un lugar seguro, este lunes que pasó, el director me da la baja del niño y me dice 'hágale como quiera', en un tono muy prepotente".

La familia de Angelito, denunció la incapacidad de la Secretaría de Educación para atender el caso y para aplicar el decreto que establece el Protocolo de actuación para la atención del acoso escolar y que se encuentra asentado en el Periódico Oficial del Estado.

El decreto, en su Artículo 2, señala que el protocolo tiene como propósito fundamental responder oportuna y eficazmente al problema del acoso escolar, a fin de garantizar la tutela efectiva de los derechos de los niños, niñas y adolescentes de la entidad.

De acuerdo con la SE, una prevención primaria, sería responsabilidad de los padres de familia, educar con reglas, normas y límites claros, lo cual influiría de manera determinante en la autorregulación y respeto hacia los demás y su entorno. En tanto que una prevención secundaria, incluye el acompañamiento de los alumnos dentro y fuera de las aulas, patios, baños y áreas de juego, que son fundamentales para el logro de la prevención y el fomento del respeto hacia los demás.

Sobre el caso, Luz Elena Torres García, mencionó que hubo un "mal entendido", que la madre del niño firmó un acuerdo solicitando el cambio de escuela y que el acoso escolar, "se trató en enero, se reunieron los padres de familia de los agresores y se les dio seguimiento".

"Ella dice que los niños continuaron ofendiéndolo, pero después ya no denunció, hasta que se presenta hace poco con el director y que el niño está pensando en suicidarse... la señora se desesperó y es cuando el director le da la baja, fue falta de información, la señora lo malinterpretó, pensó que ya le estaban corriendo a su hijo, más bien fueron las formas, pero la atención sí se le dio".

Según Torres García, la señora rechazó el apoyo psicológico que se le brindó en la Secretaría de Educación y optó por llevar al niño a otro lado. "Si los niños son agresores por algo pasa, también se les canalizó a terapia con la maestra de USAER de la Ricardo Flores Magón".

Lidia Jiménez, acudió a la Procuraduría para los Niños, las Niñas y la Familia (Pronnif) en la región Laguna para reportar el caso y justificar las faltas de su hijo en la institución educativa. La dependencia, llamó a comparecer a la maestra del niño y a sus padres, el próximo 3 de mayo del año en curso.

Fue el pasado jueves y gracias a la psicóloga de Angelito, que por fin sus padres pudieron inscribirlo en otro plantel educativo. El viernes, fue su primer día de clases y el pequeño salió "con una carita feliz porque no fue agredido por sus compañeros".

"Es muy feo cuando un hijo es agredido, hostigado, me lo dañaron psicológicamente, no se le deseo a nadie”. — LIDIA JIMÉNEZ, Mamá de Ángel

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