Dijo que participará en los comicios de octubre para aspirar a un tercer mandato. (ARCHIVO)
El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, condenado a 12 años y un mes de cárcel por corrupción y lavado de dinero, aseguró hoy que “jamás” huirá de Brasil, y dijo que participará en los comicios de octubre para aspirar a un tercer mandato.
“La palabra ‘huir’ no existe en mi vida. Soy ciudadano brasileño y estoy orgulloso de serlo”, dijo Lula da Silva en entrevista con la emisora brasileña Radio Jornal en la que reiteró que será el candidato de la izquierda en octubre.
Tras ser condenado en segunda instancia el 24 de enero, un juez retiró el pasaporte a Lula da Silva al considerar que existía riesgo de fuga durante la participación del exmandatario en un evento de Naciones Unidas y la Unión Africana en Etiopía.
Sin embargo, sus abogados lograron posteriormente revertir esa decisión en cortes superiores, y ahora Lula da Silva recurrió al Supremo Tribunal Federal (STF), la mayor instancia judicial del país, para pedir que no sea inhabilitado políticamente.
“Voy a luchar en la Justicia, porque soy inocente. Voy a seguir creyendo en las instancias superiores”, agregó Lula da Silva, al insistir que no cometió ningún crimen, aunque tiene media docena de causas abiertas en la Justicia además de la condena por recibir un departamento de tres plantas de la constructora OAS a cambio de favores.
“Creo que voy a ser candidato, porque creo que la verdad prevalecerá al final”, aseveró el exmandatario, quien prevé lanzar su precandidatura a la presidencia de Brasil esta semana, cuando será arropado de nuevo por el Partido de los Trabajadores (PT).
El exsindicalista, que gobernó entre 2003 y 2010 el país y abandonó la jefatura del Estado con una popularidad del 80 por ciento, rebajó de esta forma el tono ante el Judiciario, después de denunciar durante semanas que es víctima de una persecución judicial para impedirle volver a gobernar en Brasil.
La condena a Lula da Silva, que podría provocar su inhabilitación e ingreso en prisión en semanas, tiene dividida a Brasil en vísperas de las elecciones presidenciales de octubre, en las que el expresidente es el gran favorito.
Los últimos sondeos mostraron que los problemas judiciales de Lula da Silva no influyeron en sus aspiraciones a un tercer mandato: lidera las encuestas con entre el 34 y 37 por ciento de la intención de voto y vencería las elecciones ante cualquier candidato.
Con todo, la mayoría de brasileños (53 por ciento) cree que el expresidente debería ser encarcelado.
