Martavis Bryant está listo para volver

Los días en que había partido eran aquéllos en los que Martavis Bryant lamentaba más el daño que había causado a sí mismo, a su familia y a sus compañeros en los Steelers de Pittsburgh.

Así que buscó alejarse de lo que ocurría en la NFL y concentrarse en sus problemas personales. El televisor dentro de un inmueble que compartía en Las Vegas con su entrenador Alex Fine permaneció apagado mientras los Steelers se las arreglaban para jugar en 2016 sin su talentoso pero problemático receptor, quien pasó 13 meses suspendido tras infringir por segunda vez la política de la NFL contra el consumo de drogas.

Siguió enterándose de lo que hacían los Steelers en su camino hasta la final de la Conferencia Americana. Pero se negaba a ver los partidos.

"Estaba al tanto de lo que ocurría, pero no quería poner toda mi atención en ello, pues tenía algunos asuntos con los que debía lidiar por mí mismo", recordó Bryant el martes, luego de practicar con los campeones de la División Norte por primera vez desde que la NFL le levantó el castigo el mes pasado.

El jugador de 25 años buscó la sobriedad mediante un programa de rehabilitación en Las Vegas, poco después de que se anunció su suspensión en marzo de 2016.

A las sesiones diurnas seguían entrenamientos en el calor del desierto, antes de que Bryant volviera a casa para estar con su familia.

La rutina dio a su vida un sentido de normalidad. La perspectiva de ser padre le dio un propósito.

También influyó el hecho de tomar conciencia de que podía arruinar su ascenso al estrellato si no dejaba de consumir marihuana.

"Sé que es mi última oportunidad", dijo Bryant. "Me he rodeado de la gente correcta... las cosas se acomodaron para ayudarme a conseguir el éxito y mantenerme sobrio. Siempre y cuando siga aprobando mis análisis, haga lo necesario por mi familia y cuide mi negocio, todo estará bien".