Fórmula. El principal secreto es la combinación del motor, suspensiones, tracción quattro, arquitectura y dirección.
Algo que siempre encanta de los vehículos de Audi, es la capacidad de equilibrar el manejo confortable con una dosis deportiva, sin olvidar la elegancia del diseño con el estilo europeo que eleva la experiencia de conducción a la satisfacción plena, y el A4 en la versión Elite quattro es un claro ejemplo de esto.
Lo que hace especial a este sedán contra sus rivales más cercanos; BMW Serie 3 y Mercedes-Benz Clase C, es el manejo que podría considerarse como el más completo del segmento al tener la precisión, agilidad y empuje de un deportivo, pero sin sacrificar la suavidad de marcha y amortiguación de un auto de lujo. El secreto viene de la combinación de cinco factores principalmente: motor, suspensiones, tracción quattro, arquitectura y dirección.
Nuevo corazón. El motor 2.0 litros TFSI de 252 hp fue actualizado para esta quinta generación que se presentó en el Salón de Frankfurt de 2015; su particularidad fue el incremento de potencia contra el modelo anterior en 27 hp, además de la reducción en peso que lo dejó en alrededor de 140 kilos. Este propulsor se caracteriza por una entrega de potencia poderosa, rápida y firme.
En comparación con el Serie 3 340i con su 3.0 l de seis cilindros en línea, A4 Elite quattro ofrece 12 hp más, mientras que al C 250 de 2.0 l le saca 41 hp extras y se queda a 20 hp de Cadillac ATS, que ofrece 272 hp con su 2.0 l turbo.
Manejo único. Lo atractivo en su manejo se logra a través de la combinación de una reducción de 110 kg contra la generación pasada; que lo deja en mil 585 kg; el sistema Quattro, que aprovecha la fuerza de tracción al máximo para optimizar el control y la aceleración; una transmisión automática de siete cambios con doble embrague que hace las rotaciones en milisegundos para incrementar el empuje del motor, reducir el consumo de gasolina (13 km/l en carretera) y hacer los cambios de marchas casi indetectables.
