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Un camino largo

LA MUJER EN LA CIENCIA HA TENIDO AVANCES, PERO NO LOS SUFICIENTES

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AGENCIAS

La agenda de Desarrollo Sostenible 2030 reconoce que el desarrollo de la ciencia y la igualdad de género son indispensables para lograr muchos de los objetivos planteados en este acuerdo establecido por los Estados Miembros de la ONU y que abarcan actualmente las tres dimensiones de la sostenibilidad: económica, social y medioambiental.

De los 17 objetivos establecidos, en el quinto se plantea "lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas". El reto es mayúsculo, sobre todo porque para los especialistas el primer escalón para lograr esta equidad es el acceso a la educación, el cual aún sigue siendo muy limitado en relación a las oportunidades que tienen los hombres: las mujeres representan dos tercios del total de la población analfabeta del mundo, según cifras de la UNESCO.

Además de la celebración del 8 de marzo para alzar la voz a favor de las mujeres, el 15 de diciembre de 2015, la Asamblea General de la ONU aprobó la decisión de proclamar el 11 de febrero de cada año como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.

Este año fue la primera celebración en la que la ONU instó a los Estados Miembros, organizaciones internacionales, representantes del sector público y privado, así como de la comunidad académica y la sociedad civil, a celebrar el día con actividades de educación y sensibilización pública en Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI). Toda esta labor bajo la consigna de unir voces que trasciendan las 24 horas de celebración, para estimular la reflexión y generar proyectos a largo plazo para las comunidades en específico.

En nuestro país hay diferentes organismos que se han preocupado por hacer visibles las barreras y realizar acciones concretas para estimular desde diferentes ángulos la educación de las mujeres y las niñas en relación a la ciencia. Tal es el caso de la Red Mexicana de Ciencia, Tecnología y Género (Red Mexciteg), formalmente fundada en 2012, pero con antecedentes mucho más añejos.

Esta red coordinada por la doctora Norma Blazquez Graf, también directora del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM, congrega a académicos e investigadores de todo el país para fortalecer líneas de investigación y actividades de enseñanza en diferentes niveles.

 FALTAN PROGRAMAS

Blázquez señala que hasta la fecha no ha habido programas y políticas públicas para hacer que las mujeres se incorporen a la ciencia; sin embargo, hay avances, por ejemplo en Conacyt o en la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) se han generado en los últimos tiempos programas de becas y apoyos para estimular la participación de mujeres en áreas científicas. Dos ejemplos es esto están insertos dentro del Programa Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC), donde las mujeres tienen alrededor de 40 % de las becas para estudiar en universidades de 38 países en el extranjero; mientras que en las Estancias Posdoctorales Nacionales las mujeres representan 45 %.

La investigadora subraya una cifra: las mujeres tienen una participación de 60 % en carreras como medicina y, aunque su incorporación en áreas como física, matemáticas e ingenierías, aún es baja, se empiezan a ver cambios en diferentes ramas "emergentes" de la ciencia, como la biotecnología y las ingenierías medioambientales. Para la especialista esto también forma parte del impulso de nuevas generaciones donde desde el seno familiar o en conciliación directa con la familia se busca abrir la mentalidad de una participación más equitativa en todas las áreas.

"Dentro de esta Red hay varias propuestas, como talleres para jóvenes científicas en donde se propicie que tengan habilidades más allá de su formación, por ejemplo integramos equipos de mujeres que trabajan en biotecnología, ciencias sociales o física y les damos este tipo de talleres, donde se enseña desde cómo escribir un artículo hasta solicitar financiamiento para sus proyectos", dice la especialista y agrega que todo esto se hace con sensibilidad de género, pues muchas mujeres piensan que los problemas a los que se enfrentan son personales.

La especialista explica que cuando las mujeres no trabajan en el área de humanidades en sus carreras hay menos oportunidades de realizar un ejercicio de reflexión social, así que para ellas es interesante porque pueden discutir con compañeras de otras ramas los problemas a los que se han enfrentado como algo común, como la tensión familiar que desencadena la triple jornada y que sigue sin resolverse. "Entonces tienen la oportunidad de entender que las cuestiones de género son cuestiones también socioculturales y que se pueden resolver y armar propuestas para tener mejores condiciones para trabajar".

 FOMENTAR LA EQUIDAD DESDE LAS BASES

Blazquez también enfatiza la importancia de fortalecer los programas de educación de las matemáticas con talleres que fortalezcan su estudio desde las primeras etapas de formación escolar, además, acento parte, quitar el estigma de que su estudio tiene que ver con una vocación masculina. En este sentido, en el sistema básico de educación escolar no se han estimulado seriamente programas que busquen fortalecer el estudio de las matemáticas y del área científica en general, pues algunos logros han sido producto de esfuerzos particulares de organizaciones civiles, padres o maestros que buscan estimular esta vocación prácticamente como un proyecto personal sin mayores apoyos, como el caso de Paloma Marlene Noyola Bueno, a quien la revista norteamericana Wired nombró como "la siguiente Steve Jobs".

La adolescente, procedente de Matamoros, Tamaulipas, sobresaliente en el área de matemáticas, se convirtió en un fenómeno mediático por una historia que subrayaba sus logros académicos a pesar de las condiciones de marginación de su entorno.

Sin embargo, se hablaba poco de la labor de su mentor, el profesor Sergio Juárez Correa, quien con los escasos elementos a su disposición logró desarrollar eficientes estrategias educativas, más allá de las que convencionalmente restringen, en lugar de estimular, el desarrollo educativo de los más jóvenes en nuestro país.

De acuerdo con una entrevista difundida por la ONU, realizada a Atefeh Riazi, la jefa de Información Tecnológica de la ONU, aunque los objetivos de desarrollo del milenio pugnaban por alcanzar la igualdad de género, la comunidad internacional se encontró con grandes desafíos que aún siguen deteniendo el proceso.

Para Riazi, lograr inspirar e involucrar a las mujeres y niñas en la ciencia tiene que empezar desde sus etapas más básicas de formación: "No creo que les enseñemos bien las matemáticas a las niñas. Dicen que si a los 11 años no se ha enseñado a una niña a que le gusten las matemáticas, empezará a rechazarlas. Y hay muchas presiones en las redes sociales. En televisión y cine, las innovadoras, técnicas y científicas son mostradas como 'bichos raros' y esa imagen negativa no incita a las mujeres a incursionar en esos espacios".

Cuando la educación y las condiciones sociales son impulsadas para estimular el conocimiento equitativamente, la inercia perdura. Un ejemplo de esto lo revelan cifras de la UNESCO sobre la representación de las mujeres en investigación en diferentes áreas científicas, donde la cifra es de 40 %. El análisis de este dato, según especialistas del organismo internacional que lo generaron, tiene que ver con el impacto que dejaron los sistemas del régimen socialista en estos lugares. Aun cuando este tipo de regímenes desapareció, la semilla para el desarrollo científico basado en la equidad fue sembrada y mantenida positivamente también por las mismas generaciones de hombres y mujeres que crecieron bajo este impulso.

En nuestro país, aunque paulatinamente, empiezan a generarse cambios. De 2008 a 2009 por primera vez presidió la Academia Mexicana de las Ciencias una mujer, la doctora Rosaura Ruiz Gutiérrez, directora de la Facultad de Ciencias de la UNAM y quien formó parte de la terna en las recientes elecciones para la rectoría.

Las principales áreas de donde provienen las integrantes de la AMC son: ciencias y biología. En contraparte, matemáticas y astronomía son las que tienen menos representación femenina, de hecho de esta última área sólo existen 14 miembros del sexo femenino.

La subsecretaria general de la ONU y directora ejecutiva adjunta de ONU-Mujeres, Lakshmi Puri, reflexionaba recientemente sobre el impacto de las mujeres en la ciencia, en un texto publicado por el organismo que representa, en el marco de las celebraciones por el Día de la Mujer. Para ella, la ciencia y la tecnología (CyT) tienen que ver con lo cotidiano, pues estos terrenos influyen cada vez más en todos los aspectos de la vida, como la aplicación de soluciones en diversos sectores productivos y el crecimiento de las oportunidades de desarrollo económico en diferentes niveles, por lo que no se puede reducir la participación de las mujeres durante las revoluciones del siglo XXl.

Lakshmi Puri establece por un lado que las mujeres contribuyen, y pueden contribuir aún más, a desarrollar con una visión diferente aspectos de la ciencia y la tecnología; pero este impulso también impulsa y redunda en el desarrollo social e individual de hombres y mujeres, en un mundo que para sobrevivir simplemente exige tener más y más especialistas en todas las áreas y sin discriminación por género.

Igualdad

Como una promesa por cumplir, los objetivos de ver realizada la igualdad de género en 2030 y poner fin a la discriminación y la violencia machista, persisten en el empeño de ONU Mujeres, alentado por el próximo Día Internacional de la Mujer (8 de marzo).

La Directora Regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe, Luiza Carvalho, una brasileña dedicada desde joven a la promoción y defensa de la igualdad de género y el empoderamiento femenino, explicó en una entrevista con Efe sus metas trascendentales.

"La campaña 'Por un planeta 50-50 en 2030: Demos paso a la igualdad de género' sitúa que para 2030, después de los 15 años de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), tengamos superada la situación tan marcada de desigualdad en el mundo", indicó la directora.

El plan se enfoca en pedir a los gobiernos compromisos nacionales para abordar las dificultades que impiden progresar a mujeres y niñas, y alcanzar su pleno potencial.

Carvalho explicó que en 2015 se hizo una evaluación del vigésimo aniversario de la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing (Beijing+20), en la que se descubrió que la mayoría de los planteamientos alcanzados eran provisionales.

"Para tener un mundo que refleje igualdad, no podíamos seguir cada cinco años evaluando, por eso pactamos metas, compromisos y recursos", reclamó.

En la Cumbre para el Desarrollo Sostenible, en septiembre de 2015, los Estados miembros de la ONU aprobaron la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que incluye un conjunto de 17 ODS, para poner fin a la pobreza, la desigualdad, la injusticia, y hacer frente al cambio climático.

"Es por eso que el objetivo 5 busca acelerar el progreso y la igualdad de género a nivel global, que va desde el sector económico, cultural, acceso a la mujer de los bienes y empoderamiento; es decir una visión integral en todas las áreas donde exista una urgencia de establecer equidad", recordó Carvalho.

La ejecutiva de ONU Mujeres afirmó que todos los problemas actuales que afligen a las mujeres están interconectados, lo que restringe a las mismas de participar en entornos laborales, comunitarios y políticos.

Referente a este último, dijo que "las mujeres tienen una trayectoria en la política sobre el liderazgo comunitario, pero hoy en día existe una dificultad para que puedan ocupar un puesto administrativo en entes gubernamentales", por lo que el organismo aboga por las leyes de paridad.

Entre los 10 países con mejor participación de mujeres en la política están Ecuador, México, Bolivia y Nicaragua, apuntó.

A la par, sostuvo que en el sector laboral las empresas deben ofrecer el mismo nivel de reclutamiento para hombres y mujeres.

"Si no se ofrece a la mujer ese espacio, sus posibilidades al trabajo van disminuyendo, por eso se plantea que en la campaña 50-50 todos tengan oportunidades, condiciones y tratos por igual", añadió.

La violencia es otro de los factores que agregó Carvalho a la lista de problemas que enfrentan las mujeres, lo que afecta su ámbito económico, social y político, y cada vez con márgenes más dramáticos.

Rezago en atención

A meses de dejar el cargo, la magistrada del Tribunal Electoral federal, María del Carmen Alanís, reconoció que se va con una asignatura pendiente, pero en vías de construcción: la reforma en materia de violencia política de género, y la implementación de un "Protocolo para atender la violencia política contra las mujeres".

Durante el homenaje que le rindieron, el Tribunal Electoral del Estado de Querétaro, la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Querétaro y el Senado de la República, Alanís Figueroa sostuvo que la Cámara de Senadores trabaja "a pasos agigantados", en la reforma en materia de violencia de género.

En un comunicado, indicaron que durante el evento celebrado en la ciudad de Querétaro, en el marco del Día Internacional de la Mujer, Alanís Figueroa comentó que su función ha ido más allá del cargo que desempeña, puesto que su compromiso es con el país, las instituciones, la integridad de la democracia, pero, sobre todo, con las mujeres.

Reconoció que ha tenido la oportunidad de participar en la mayoría de las reformas electorales, sin embargo, destacó que, pese a no haber participado en la reforma de 2014, sí lo hizo en el ámbito de modificación constitucional al Artículo 41 en materia de paridad de género.

Así como en la modificación al Artículo Segundo constitucional para garantizar el derecho a votar de las mujeres indígenas.

En este marco sostuvo que dentro de su desempeño como magistrada, en acompañamiento de sus pares, pudo fortalecer varios puntos fundamentales dentro de la línea jurisprudencial del tribunal, como el control de constitucionalidad y convencionalidad en la tutela de los derechos humanos en su vertiente de derechos políticos.

Además, lo relativo al interés legítimo no sólo a las mujeres sino a cualquier persona que pertenezca a alguna de las categorías o condiciones de vulnerabilidad, la aplicación del juzgamiento con perspectiva de género, la implementación de la paridad vertical y horizontal.

Así como la libre determinación de los pueblos y comunidades indígenas no se opone a la participación política en situaciones de igualdad, y la obligatoriedad de la consulta previa para las autoridades administrativas electorales.

La magistrada Alanís agradeció a las instituciones convocantes que se le tomara en cuenta para conmemorar el Día Internacional de la mujer, así como a su esposo, Emilio Rabasa, a su padre, don Agustín Alanís, al magistrado presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

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Escrito en: desarrollo científico

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