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JUICE partirá en 2022 rumbo a las lunas de Júpiter

La misión espacial, que pretende examinar durante tres años los satélites Calisto, Europa y Gamínedes, es uno de los proyectos estrella del Cosmic Vision. (ARCHIVO)

La misión espacial, que pretende examinar durante tres años los satélites Calisto, Europa y Gamínedes, es uno de los proyectos estrella del Cosmic Vision. (ARCHIVO)

EFE

Cuando en 2022 el satélite europeo JUICE parta a explorar las lunas heladas de Júpiter muy probablemente incluirá varios complejos componentes electrónicos desarrollados por una empresa española de menos de 30 trabajadores y sólo una década de vida.

La misión espacial, que pretende examinar durante tres años los satélites Calisto, Europa y Gamínedes, es uno de los proyectos estrella del Cosmic Vision, el programa europeo de exploración planetaria para el que la pyme española Arquimea Ingeniería está diseñando dos complejos microchips, base sobre la que se elaborarán los componentes finales del JUICE.

Estos microchips, del tipo ASIC, son "electrónica miniaturizada" extremadamente compleja que se diseña normalmente bajo demanda y para un fin muy específico, explica a Efe Ferran Tejada, director ejecutivo de Arquimea Deutschland, la compañía que esta pyme abrió hace un año en Alemania.

En concreto, estos circuitos integrados desarrollados en el marco de dos proyectos de la Agencia Espacial Europea (ESA) servirán para "procesar señales eléctricas de los instrumentos" del satélite JUICE o alguna de las demás misiones del ambicioso programa espacial europeo.

"Nos hemos hecho un hueco a nivel europeo", dice Tejada sobre esta pequeña empresa del sector aeroespacial fundada en Leganés (Madrid) en 2005 a partir de "3 o 4 personas que trabajaban juntas en un despacho de la Universidad Carlos III".

Además de los ASIC, Arquimea también diseña y desarrolla actuadores, unos mecanismos basados en aleaciones con "memoria de forma", es decir, que ante un cambio de temperatura (normalmente producido por un impulso eléctrico) alteran su forma, para recuperarla luego al volver a la temperatura de partida.

Esto permite crear una especie de gatillos con "dos ventajas fundamentales: tienen un bajo consumo y muy bajo peso, cualidades muy apreciadas en el sector aeroespacial", explica Tejada.

Con estos mecanismos, denominados SMA, Arquimea ha logrado algunos de sus mayores éxitos y colaborado en su desarrollo y calificación con organizaciones como la Agencia Espacial Europea (ESA) y el consorcio aeroespacial Airbus.

Su origen español, admite el director ejecutivo, "no se ve como un problema", ya que en el sector "se valora más la capacidad" tecnológica, pero "es cierto que otras marcas aportan más valor" que la marca España.

El camino no ha sido siempre fácil, reconoce la empresa, que en los últimos años, debido a la crisis, ha hecho de la necesidad virtud y se ha adentrado en otros sectores y otros países.

"Nuestra cultura empresarial nos impide no estudiar otras opciones", indica Tejada.

En busca de diversidad y estabilidad financiera, la pyme se ha aliado con Expal, la filial de defensa del grupo Maxam -el mayor fabricante de explosivos de Europa-, se ha introducido en el mundo del software y la consultoría para el sector aeroespacial, ha abierto una empresa en Alemania e incluso se ha introducido en la biotecnología mediante una adquisición.

Actualmente el grupo empresarial completo emplea a unas 60 personas y en su actual año fiscal prevé facturar más de 5 millones de euros, el 90 % fruto de la exportación.

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Escrito en: Juice universo

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