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Se complica reubicación de afectados del Mercado Corona

Un decreto autorizó la reubicación de los locatarios en el andador Pedro Loza, en la plazoleta Agustín Rivera -frente a la Preparatoria 1- y en el parque Revolución, sin embargo, a casi dos semanas del incidente sólo se ha logrado concretar la instalación de algunos puestos en la plazoleta. (ARCHIVO)

Un decreto autorizó la reubicación de los locatarios en el andador Pedro Loza, en la plazoleta Agustín Rivera -frente a la Preparatoria 1- y en el parque Revolución, sin embargo, a casi dos semanas del incidente sólo se ha logrado concretar la instalación de algunos puestos en la plazoleta. (ARCHIVO)

EL UNIVERSAL

El edificio que albergaba el Mercado Corona, en el centro de la capital de Jalisco, ya no existe. Ahora es un montón de escombro y fierro retorcido; aunque la demolición para reconstruirlo, tras el incendio del pasado 4 de mayo, avanza rápido, el acuerdo para reubicar a los comerciantes afectados sigue atorado y generando conflictos.

A tirones, el 8 de mayo el alcalde Ramiro Hernández logró sacar adelante un decreto que autoriza la reubicación de los locatarios en el andador Pedro Loza, en la plazoleta Agustín Rivera -frente a la Preparatoria 1- y en el parque Revolución, sin embargo, a casi dos semanas del incidente sólo se ha logrado concretar la instalación de algunos puestos en la plazoleta.

Y es que cuando los comerciantes establecidos del andador Pedro Loza se enteraron del plan del ayuntamiento, protestaron por no haber sido consultados al respecto.

Las autoridades intentaron conciliar incluyendo en el decreto un punto en el que se promete apoyo económico para los comerciantes de este andador, pero para ellos eso no fue suficiente y acudieron ante el Tribunal Administrativo del Estado (TAE) para intentar anular el decreto.

A los floristas que antes vendía en el Corona se les dijo que podrían instalarse en el parque Revolución, pero ellos consideraron que el sitio no era adecuado y se mudaron a la plazoleta frente a la Preparatoria 1, donde otros de sus compañeros -los hierberos- comenzaban a acomodarse.

En el andador, por ahora sólo hay mantas que se quejan de las decisiones de la autoridad municipal; ninguno de los afectados por el incendio ha querido instalarse ahí para evitar un conflicto mayor.

Además, el ayuntamiento aún no logra resolver la reubicación de quienes tenían carnicerías, pollerías, taquerías o fondas en el mercado; las características de estos negocios les impiden colocarse en puestos improvisados en la vía pública.

El entuerto ha provocado que hasta la tarde de este jueves el ayuntamiento siguiera negociando con todos los implicados para tratar de encontrar una salida.

Apretados

Las máquinas siguen machacando lo que fueron las paredes del Mercado Corona mientras al rededor la gente se aglutina en las vallas, toma fotos y cuenta anécdotas de lo que implicó este espacio para la historia de Guadalajara: "Fue cuartel, hospital y luego mercado; ya se había incendiado una vez a principios del siglo XX y lo reconstruyeron completo", le dice un hombre a dos niños.

Del otro lado de las vallas, los trabajadores lidian con otro conflicto: parte del patrimonio histórico que sobrevivió al incendio de hace dos semanas se dañó durante la demolición y ahora el ayuntamiento intenta explicar que eso se debió a la forma en que fueron colocadas esas piezas hace aproximadamente 100 años.

A unas cuadras de ahí, en la plazoleta Agustín Rivera, empleados del ayuntamiento ponen tarimas sobre la calle Zaragoza para ampliar el espacio en que estarán los comerciantes reubicados.

Bajo dos altas carpas algunos instalan anaqueles o improvisan mesas para comenzar a exhibir su mercancía; "todo lo tuvimos que comprar de nuevo, en nada nos han apoyado hasta ahora y no vamos a caber aquí los 700 que éramos", se queja una mujer que ha terminado de colocar en un mostrador pomadas y medicinas naturistas.

Al ayuntamiento le salieron mal las cuentas: en el decreto del 8 de mayo estableció que en esta plazoleta cada comerciante tendría un espacio de hasta 9 metros cuadrados, pero ante el fracaso para reubicar gente en los otros dos sitios propuestos, han apretado a todos aquí para que quepan más.

"Son espacios de dos por dos y ni así vamos a caber. Habíamos quedado en otra cosa pero su respuesta es: 'así va a ser... y si quieren'. No sabemos más, no sabemos si alguien se va a poder poner en Pedro Loza o no", señala un hombre que sigue intentando acomodar en esos cuatro metros cuadrados cientos de frascos y cajas pequeñas.

Según el ayuntamiento la reconstrucción del mercado tardará 16 meses y el proyecto ejecutivo estará listo en junio próximo, "¡pero a este ritmo se nos hará eterno!", concluyó uno de los comerciantes.

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Escrito en: Mercado Corona mercado guadalajara

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