Paulina García se detuvo a platicar con una vecina cuando una bala la mató. Tenía 24 años y quedó atrapada en un tiroteo entre presuntos delincuentes y repartidores de gas, en la delegación Gustavo A. Madero.
Paulina y su madre, Carmen Parrales, salieron de casa a las 9:30 horas de ayer lunes. Caminaron por la avenida Vicente Guerrero, en la colonia Martín Carrera. En esa calle, madre e hija encontraron a una amiga. Las tres mujeres se detuvieron frente al portón de la casa número 126. Una plática de no más de cinco minutos fue interrumpida por las detonaciones.
Las balas provenían de las armas de tres sujetos que atacaron a los empleados de la empresa Gasomático.
Más de 11 tiros obligaron a los trabajadores a correr para huir de los agresores. Los homicidas hicieron lo mismo. Así lo cuentan quienes vieron la persecución. Los delincuentes no apuntaban a sus oponentes, sólo corrían por la calle detrás de los gaseros y disparaban.
Por eso 11 casquillos quedaron esparcidos en un cruce de la colonia Triunfo de la República. A unos metros de la esquina de Vicente Guerrero y la calle Artes, las balas percutidas evidenciaron que ahí ocurrió el primer ataque.
Así hasta llegar al lugar donde Paulina y su madre platicaban con la vecina.
El tronar de los tiros alertó a la víctima y a los testigos. Unos buscaron refugio dentro de los comercios del lugar, otros detrás de los automóviles estacionados a la orilla de la calle, pero Paulina no tuvo tiempo de encontrar escondite.
La bala que le entró por encima del corazón la hizo desvanecer. Tirada sobre la banqueta, pero aún con vida, la joven se quejaba del dolor y pedía que la ayudaran.
Los testigos pidieron auxilio a los policías instalados en un módulo de vigilancia ubicado a unos 50 metros del lugar. A bordo de un taxi, los agentes salieron detrás de los homicidas.
Su hija aún agonizaba cuando Carmen se enteró que los responsables lograron huir.
