El Instituto Federal Electoral (IFE) prevé declarar infundada la queja por presunto uso de tarjetas de Soriana para compra y coacción del voto en las elecciones federales y presidenciales de 2012.
Tras una investigación de casi año y medio, el IFE corroboró que hubo ciudadanos que recibieron monederos electrónicos de esa tienda, pero no se acreditó que el PRI las hubiese entregado, que hubiera habido presión o compra del voto; que se hubiera depositado dinero o que haya sido posible retirarlo, y que la mayor parte no fueron usadas.
Así, el proyecto de dictamen que será votado por el IFE propondrá no imponer sanciones a los señalados: el presidente Enrique Peña Nieto, la senadora María Elena Barrera Tapia, las dirigencias del PRI y el PVEM, además de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y las tiendas Soriana.
En diciembre de 2012 el IFE ya había desechado una queja promovida por el PRD por presunto origen irregular de los recursos empleados en las tarjetas Soriana, pero la revisión practicada por la Unidad de Fiscalización a las cuentas del PRI determinó la inexistencia de irregularidades.
Ahora el IFE resolverá sólo respecto a la denuncia de presunta compra y coacción del voto con uso de esos monederos electrónicos, proceso ordinario sancionador cuyas indagatorias corrieron a cargo de la secretaria ejecutiva del instituto.
Según el proyecto, se analizaron todas las pruebas de los denunciantes, por un lado el representante del PRD ante el IFE, Camerino Márquez, el hoy senador Luis Sánchez, además de tres perredistas mexiquenses, pero no se confirmaron hechos que violen la ley.
Entre las pruebas se incorporó un paquete de 5 mil 325 tarjetas, de las cuales 4 mil 92 eran de Soriana-CTM, y mil 223 tarjetas de otro tipo como WalMart, tarjetas telefónicas Mark Com o Monedero Naranja.
También se recibió un listado de 596 supuestos beneficiarios de éstas, todos en Guerrero.
Soriana negó que esa empresa o subsidiarias tuviera relación con la coalición Compromiso por México (PRI-PVEM). En cambio se reconoció un contrato de 2010 con la CTM, quien adquirió 850 mil tarjetas -361 mil no distribuyó- y un convenio con el PRI de Nuevo León para 500 mil tarjetas.
"Bajo ninguna circunstancia era posible abonar ni retirar dinero en efectivo mediante tarjetas con el emblema de la CTM", sostuvo Soriana.
