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Alfredo Castillo en Michoacán

PATRICIO DE LA FUENTE
"El arte de la estrategia es de vital importancia para el país. Es el terreno de la vida y la muerte, el camino a la seguridad o a la ruina"— Sun Tzu

Hombre de todas las confianzas del Presidente, a Alfredo Castillo, en redes sociales, ya le llaman "el bombero de Peña Nieto". Exitoso a la hora de extinguir fuegos y deambular entre infiernos y hogueras, su labor, hoy mayúscula, consiste en tratar de apagar uno particularmente peligroso, que amenaza con expandirse a otros sitios y que al día de hoy, se mira incontrolable. Michoacán, le llaman.

Poco afecto a los reflectores y eventos de relumbrón -cosa muy gustada entre los funcionarios de Enrique Peña Nieto- Castillo le ha resuelto varios asuntos espinosos al presidente -quien no duda en echar mano de su amigo y colaborador cuando las cosas se ponen color de hormiga- desde los tiempos en que gobernaba el Estado de México.

Cero y van cuatro chuzas con Alfredo Castillo, el que extingue fuegos. Cuando Alfredo Bazbaz tardó una semana en darse cuenta que Paulette, la niña abandonada a su suerte por una madre farmacodependiente, yacía debajo del colchón, fue Castillo quien resolvió el entuerto, enterrando una noticia de tales proporciones mediáticas y de opinión pública, que inclusive amenazaba la estrella ascendente del gobernador Peña.

Tras el escándalo de la "Lady Profeco", al verse Humberto Benítez Treviño -otro íntimo de Peña- obligado a dimitir, fue Alfredo Castillo quien se hizo cargo de la Profeco. Su labor de cero tolerancia ante las irregularidades de comercios y establecimientos mercantiles y en defensa de los consumidores, aunque breve, ha recibido muy buenas críticas. Por desgracia, Michoacán será un poquito más complicado de operar que su última chamba.

El día de ayer, desde Segob, se hizo el anuncio. Al no existir una estrategia clara para combatir la violencia que azota al país -19 mil muertos en lo que va del sexenio- y tras la alerta emitida por el Departamento de Estado norteamericano, que invita a sus nacionales a extremar precauciones y no viajar a 18 entidades mexicanas consideradas como de alto riesgo, ahora sí, los ojos del mundo, están puestos en Michoacán.

Han pasado doce largos meses sin estrategia o replicando el modelo de Felipe Calderón y su gobierno, que precisamente comenzara en Michoacán hacia 2006. Vía Twitter, donde se alude a la figura de Castillo como el "apagafuegos" de Peña, el periodista Ciro Gómez Leyva, que hace sus pinitos en dicha red social, escribió lo siguiente:

"¡Un comisionado para Michoacán! ¿Nada entonces de lo que se hizo desde hace un año tuvo sentido estratégico? Parece que no", sentencia el comunicador. Por cierto, dato muy curioso, la designación de Alfredo Castillo como nuevo Comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, fue posible gracias a un decreto expedido por Felipe Calderón, a quienes los priistas tanto criticaron por una estrategia que hoy parecen repetir.

Tras los acontecimientos de terror vividos en Apatzingán el pasado fin de semana, Michoacán, a últimas fechas y por las razones equivocadas, vuelve a ser noticia de ocho columnas. El martes, en mi colaboración para www.ferriz.com.mx, hice alusión y recapitulé la historia, recurrente, concluyendo con el siguiente párrafo:

Michoacán arde en llamas. Eso pasa por haber abandonado y dilapidado a la suerte, la educación del país. Mientras existan rezagos educativos y cuarenta millones de personas viviendo en algún grado de pobreza, la guerra está perdida. Ganarla requerirá mucho más que cambiar de sede, enviar policías, desarmar a los autodefensas y designar recursos especiales.

Firmen los convenios que quieran. El problema es mucho más profundo y complicado. Lo dejamos crecer, desde hace más de setenta años…

Y ahora, encima de lo anterior, se crea un aparato burocrático que le apuesta a la pericia y capacidades de un solo hombre, para apagar a un estado en llamas, que arde sin que hasta ahora, con todos los recursos, infraestructura y capital humano del Gobierno de la República, haya logrado extinguirse.

Michoacán arde. Ya llegó el bombero. Alfredo Castillo, que le llaman. Necesitará mucho más que litros de agua, mangueras y pipas, para lograr su objetivo. Temo que en un lustro, no podrá apagar un fuego tan grande que muchos, por tanto tiempo, se encargaron de atizar.

Twitter @patoloquasto

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