¿Para qué sirve la historia? Esta pregunta es quizá una puerta hacia todos aquellos acontecimientos que han llevado a la humanidad en su continuo caminar a través del tiempo. Puede parecer una pregunta que se hace neciamente en los momentos en que lo sucedido resulta enfadoso; pero de tal modo resulta útil en más de una situación.
Y para quienes toman el gran cometido de responder la pregunta inicial se ha de convertir en toda una aventura no sólo dentro de su campo de estudio específico, que es la historia, sino que también tendrá que profundizar en el campo de la filosofía y de otras ciencias afines.
Sin embargo para tratar el tema de la historia conviene saber; ¿Qué es eso a lo que le llamamos historia? y dónde se encuentran sus fronteras entre lo actual y lo pasado. En efecto hubo quien mediante un encierro forzado tuvo la suficiente entereza para vivir, pensar y además dar al mundo una concepción profunda del quehacer del historiador; Marc Bloch nacido en Lyon, Francia fue estudioso de la historia que vio el fin de sus días en un campo de concentración.
Aunque -la barbarie nazi malogró una de las mentalidades más consagradas al estudio- como lo menciona Lucien Febvre, quien rescató la obra de Bloch, y a quien se le debe que el material haya sido impreso, después de la muerte del autor. Por lo cual gracias a que encontró los escritos, tenemos el producto de una profunda meditación historiográfica, con un sentido natural y afable, lo que hace de esta reflexión una forma de entrar en contacto con los sucesos que nos conciernen según el tiempo en el que vivimos y el lugar en el que estamos.
Dentro de la "Introducción a la historia" (título del libro), el autor enmarca desde el concepto de ciencia de los hombres a través del tiempo, todo el proceso que involucra los acontecimientos que tenemos entendidos por historia. De modo que explica en una forma amena los motivos que impulsan a las personas a ser conscientes de su pasado y su presente para de ese modo formar parte activa de la realidad en la que estamos. Además de ampliar el panorama general de lo que usualmente se asocia con el conocimiento de los hechos, pone en un plano central que, incluso los eventos no producidos por el ser humano son objeto de la historia y del mismo modo hace énfasis en la forma en que las sociedades organizan el conocimiento de sí mismas.
En el fondo de sus argumentos, se pueden encontrar de manera significativa el gusto y la apremiante utilidad que es darle un lugar adecuado a los acontecimientos y que desde luego se puedan corroborar como ciertos, para que funjan de base de la sociedad y no queden como meros fantasmas que terminen perdiéndose en el velo de mito o peor aún en el olvido.
Para Bloch el compendio de "Introducción a la historia" es el legado que reúne en palabras el reflejo de los días que vivió, pero que pese a haber sido escritos en una época adversa, tiene puntos que siguen siendo actuales y que incluso se pueden encontrar en las circunstancias sociales contemporáneas, lo cual hace del libro de Bloch un principio para la reflexión de cómo es la forma en que socialmente nos apropiamos de nuestros acontecimientos tanto a nivel colectivo como individual.
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