Los monumentos, espacios públicos, paredes de propiedades privadas y hasta edificios de gobierno son diariamente afectados por el fenómeno del grafiti.
Se trata de una actividad de vandalismo que sigue apareciendo con frecuencia en Torreón, afectando la estética y limpieza de todas las zonas.
Los rayones pueden realizarse con diferentes materiales, principalmente con aerosoles y crayolas en puntos visibles, ya sea para dejar “firmas” o delimitar territorios entre las pandillas rivales.
Uno de los puntos más afectados por esta situación es el primer cuadro de Torreón, desde hace años edificios abandonados han sido los preferidos por los “grafiteros” para realizar sus pintas, incluso en iglesias, negocios en esquinas y hasta sitios de plazas públicas.
El hecho ha llegado a tal grado que incluso uno de los muros de la aún inconclusa presidencia municipal ya tiene ‘rayones’.