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PARADIGMAS DEL AGUA

EL FUTURO DEPENDERÁ DE CÓMO CUIDEMOS EL AGUA

RAÚL CUÉLLAR CHÁVEZ

Es muy importante que en este momento se cuente con un plan rector que oriente el manejo sustentable del agua en la región, con el fin de asegurar el abasto a largo plazo a la población y a las actividades productivas.

El valle de la Comarca Lagunera recibe las aportaciones de los escurrimientos de agua de las cuencas altas de los ríos Nazas y Aguanaval, que son aprovechados en las actividades agrícolas del Distrito de Riego 017 y que recargan el acuífero Principal, del cual se abastecen todos los centros de población y se utilizan también para el riego agrícola mediante pozos.

No obstante, que durante los períodos de sequía se presentan temporalmente limitaciones, contamos actualmente con agua que podría ser suficiente utilizándola eficientemente, sin embargo, no debemos esperar a que ocurra una crisis para reaccionar.

Necesitamos tener una visión de largo plazo y actuar en el corto plazo para que los sistemas agrícolas y urbanos se fortalezcan mejorando sus eficiencias en el manejo del agua en todas las actividades que se realizan en la región.

Independientemente de los factores climáticos y de la variación en las lluvias que de manera natural se dan en la cuenca cada año, solo será posible el manejo sustentable del agua en la medida en que las autoridades de los tres niveles de gobierno, los usuarios del agua y la sociedad en general, establezcan acciones a través del tiempo y se lleven a cabo de manera consistente, encaminadas a equilibrar el acuífero Principal mediante el uso eficiente del agua superficial y del agua subterránea.

A través de los años se han estado realizando actividades que tienen un impacto, ya sea favorable o desfavorable, en la reducción o en el aumento del abatimiento del acuífero. Cabe mencionar que adicionalmente al déficit producido por la extracción de agua del subsuelo, hay que tener presente que la recarga natural del acuífero se ha ido reduciendo.

La necesidad del uso intensivo del agua subterránea como factor de desarrollo de la región, se ha derivado del hecho de que la superficie cultivable en el valle es mayor a la que es posible irrigar con agua de los ríos Nazas y Aguanaval, por lo que desde 1930 se hizo la perforación de numerosos pozos en el acuífero para complementar los requerimientos de agua en las actividades agrícolas.

En tiempos más recientes, la acción de mayor impacto fue la reducción anual de la recarga de 100 Mm3 con que contaba el acuífero, cuando se construyó el tramo del canal de Sacramento, entre la represa de San Fernando y la represa de Calabazas, con lo que se logró contar con más agua en los canales, disminuyendo la recarga que se infiltraba al acuífero en la zona conurbada.

Por otro lado, al no contar con obras para recargar el acuífero, cuando transitan las avenidas extraordinarias del río Nazas hasta la laguna de Mayrán, la mayor parte del agua se pierde por evaporación y al final del trayecto una porción se infiltra como agua salobre al entrar en contacto con suelos con depósitos salinos, producto de la evaporación durante miles de años.

Para impulsar el desarrollo del valle de la Comarca Lagunera se requiere dar certidumbre en el abasto del agua a mediano y largo plazo, lo cual se puede lograr implementando un plan integral para el manejo sustentable del agua.

Desde hace 5 años (2008), el Consejo Ciudadano por el Agua de la Comarca Lagunera se dio a la tarea de realizar diversos estudios para obtener un diagnóstico y un plan de acciones para asegurar el abasto de agua a la población y a las actividades productivas en el largo plazo.

Las acciones propuestas se basan en cuatro ejes principales:

1.-Asegurar el abasto de agua de calidad a la población.

2.-Disminuir el consumo de agua mediante el uso eficiente.

3.- Recuperar la recarga natural del acuífero.

4.- Proteger y conservar las aportaciones de agua provenientes de la cuenca alta.

Como resultado de dicho plan, se han estado efectuando gestiones con CONAGUA, gobiernos de los estados de Coahuila y Durango, organizaciones de usuarios del agua, productores agrícolas y sistemas de abastecimiento de agua potable, para hacer posible la realización de las acciones propuestas para establecer un manejo eficiente del agua en un período de 10 a 15 años, que deberá dividirse en etapas para su implementación.

El manejo del agua en la región es complejo y las diversas acciones requeridas para mejorarlo implican tiempo y esfuerzo. Se cuenta ya con un plan de acciones y existe la voluntad política de las autoridades y el interés de diversas organizaciones de usuarios del agua de la región. Algunas acciones ya se iniciaron y otras se encuentran en el proceso de definición del cómo ponerlas en práctica.

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