Durango

Falleció Monseñor Antonio López Aviña

Durante su gestión al frente de la Iglesia Católica en Durango se le consideró como hombre polémico e influyente

Considerado un hombre de Iglesia, de línea conservadora, polémico e influyente, no sólo en el ámbito religioso, el arzobispo emérito de Durango, Antonio López Aviña, murió ayer alrededor de las ocho de la mañana en su domicilio de Villas Campestres, víctima de un paro respiratorio que lo atrapó a sus 88 años de edad.

Sus restos, como lo anheló desde siempre y como lo aceptó el arzobispo Héctor González Romero, serán sepultados en la Catedral Basílica Menor, de esta ciudad de Durango.

López Aviña, quien fue un clérigo influyente, para muchos reaccionario por sus críticas severas a temas que iban contra la moral cristiana y la fe, logró la visita del papa Juan Pablo II a la ciudad de Durango, el 9 de mayo de 1990, quizá el logró más significativo en sus 32 años de gobierno eclesiástico al frente de la Arquidiócesis.

Polémico por permanecer dos años más al frente del gobierno arquidiocesano, cuando ya había cumplido la edad reglamentaria establecida en el Derecho Canónico, y por enfrentar una relación distante con su sucesor monseñor José Trinidad Medel Pérez, López Aviña fue un formador nato de sacerdotes, fue líder natural del clero y con él surgieron cinco obispos y un cardenal ?Norberto Rivera Carrera-.

En la década de los ochenta, su época de mayor rendimiento físico y al máximo de su lucidez, se movía de manera natural en la Comisión del Episcopado Mexicano, tenía puerta abierta en la Nunciatura Apostólica con Gerónimo Prigione.

Al cardenal Norberto Rivera lo consideró su obra, el hijo predilecto, pero igualmente impulsó a Juan de Dios Caballero, Andrés Corral, Manuel Mireles Vaquera, Rafael Barraza y Héctor González Martínez, para que fueran nominados obispos.

AGENDA

Ayer, a eso de las cinco de la tarde, las puertas centrales de la Catedral se abrieron de par en par para recibir los restos del Arzobispo Emérito, quien será velado hoy jueves y mañana a las doce horas serán sus exequias en el mismo templo.

Según los datos aportados por la Coordinación de Comunicación Social de la Diócesis de Durango, el jerarca católico falleció a consecuencia de un paro respiratorio en su dormitorio de la casa ubicada en el fraccionamiento residencial Villas del Guadiana.

Para este día se espera el arribo de obispos y arzobispos de diversas sedes diocesanas de la República Mexicana; incluso, aunque no estaba confirmada la hora, el cardenal Norberto Rivera Carrera, arzobispo primado de México, un clérigo especial en la vida de monseñor López Aviña.

De entrada estaba programada la llegada de los monseñores Andrés Corral ?Diócesis de Parral-, Rafael Barraza ?Diócesis de Mazatlán- y Manuel Mireles Vaquera ?Prelatura de El Salto-, todos ellos formados y consagrados en el gobierno eclesiástico del sexto arzobispo de Durango.

Monseñor Héctor González Martínez, quien asumió el gobierno arquidiocesano desde el 26 de febrero del 2003, en sustitución de monseñor José Trinidad Medel Pérez, junto con una comitiva acudió al domicilio de Villas Campestres y se manifestó triste por el deceso de monseñor López Aviña y pidió oración por el descanso de éste.

Todavía el miércoles de la semana pasada, el padre López, como se conoció en los inicios de su ministerio, hizo dictados a su secretaria, pero el libro que pretendía quedó inconcluso.

Dejó todavía artículos que tenía programado enviarlos a los periódicos y agradeció a la prensa los espacios que le ofrecieron para sus escritos.

GENERALES

El 29 de agosto de 1915, nació Antonio López Aviña, en la comunidad de Altamira, municipio de Chalchihuites, Zacatecas, y a la edad de doce años ingresó al Seminario Menor de la Diócesis de Durango. Había descubierto su inquietud por la vocación sacerdotal.

Y de 1927 en adelante, jamás dejó de lado su vocación, avanzó en sus estudios y fue catalogado como un seminarista con perfil de obispo.

Ya en sus estudios a nivel de Seminario Mayor, López Aviña fue enviado a Roma donde finalmente obtuvo la Licenciatura en Teología por la Universidad Gregoriana en la sede del Vaticano.

Posteriormente, ya con 24 años de edad, fue ordenado sacerdote y a su regreso a la Arquidiócesis de Durango fue nominado como vicario cooperador en las parroquias del municipio de Río Grande, Zacatecas, y en la ciudad capital, en el templo de Santa Ana y la Sagrada Familia.

En 1947, a los 32 años de edad, recibió la oportunidad de ser párroco en Nuestra Señora de Guadalupe en la ciudad de Gómez Palacio; siete años después alcanzó la nominación de canónigo honorario.

SU RETIRO

El 21 de septiembre de 1995, cuando tenía 40 años de edad y 18 años como sacerdote diocesano, fue preconizado obispo de la diócesis de Zacatecas, su tierra natal, por el arzobispo de Durango, monseñor José María González y Valencia.

Seis años después, el 14 de diciembre de 1961, fue designado el sexto arzobispo de Durango en sustitución de monseñor Lucio de la Concepción Torreblanca y Tapia, quien antes había tomado la responsabilidad de González y Valencia desde el 23 de julio de 1959.

Bajo su conducción, el gobierno eclesiástico celebró el tercer Sínodo Diocesano y se realizó el primer Plan Global de Pastoral.

López Aviña permaneció 32 años al frente de la Arquidiócesis de Durango y el 5 de marzo de 1993, cuando tenía 77 años de edad, dos años más de lo reglamentado en el Derecho Canónigo, el papa Juan Pablo II aceptó su renuncia.

CONSTERNACIÓN

Fue un hombre solidario

El arzobispo de Durango, Héctor González Martínez, se mostró consternado tras el deceso de monseñor Antonio López Aviña, a quien calificó como su ?maestro y guía?.

En una entrevista breve en las afueras de la casa de Villas Campestre donde López Aviña instaló su residencia, González Martínez pidió a los fieles católicos sumar oraciones por el eterno descanso del sexto Arzobispo de Durango.

?El fue un hombre siempre solidario con todos, fue un gran hombre, fue un guía espiritual y se convirtió en un vigía de la fe en Cristo y de la Iglesia?, enfatizó.

Como arzobispo de Durango fue un maestro y padre en la fe de Cristo, reiteró monseñor González Martínez, quien permaneció en la vivienda del clérigo fallecido.

BIBLIOGRAFÍA

Trayectoria

Por 32 años, monseñor Antonio López Aviña gobernó la Arquidiócesis de Durango.

Nació el 29 de agosto de 1915, en Altamira, Chalchihuites, Zacatecas.

En 1927 ingresó al Seminario Menor.

En 1935 es enviado a Roma para estudiar la Licenciatura en Teología en la Universidad Gregoriana.

Ordenado sacerdote el 29 de octubre de 1939, en el Vaticano.

Ya en Durango, fue vicario cooperador en las parroquias de Río Grande y Santa Ana.

En 1947 asume la responsabilidad de la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, en Gómez Palacio.

En 1995 es preconizado obispo de Zacatecas, consagrado por el arzobispo José María González y Valencia.

En 1961 es preconizado arzobispo de Durango.

El 9 de mayo de 1990, logra la visita del Papa Juan Pablo II a la ciudad capital

El 4 de marzo de 1993, entrega la Arquidiócesis a monseñor José Trinidad Medel y Su Santidad acepta su renuncia.

El 25 de febrero del 2004, fallece víctima de un paro respiratorio

FUENTE: Investigación de El Siglo de Durango.

HISTORIA Gobiernos eclesiásticos más largos....

Antonio López Aviña se ubicó entre los cuatro periodos más extensos al frente de la Arquidiócesis de Durango.

Prelado Duración (años) Periodo

José María González y Valencia 35 1924-1959

Laureano Antonio de Zubiría 32 1831-1863

Antonio López Aviña 32 1961-1993

Vicente Salinas de Intazón 29 1869-1898

FUENTE: Investigación de El Siglo de Durango.

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