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¿Qué debe tener el montaje de un altar de muertos?

Primero el retrato de la persona que se va a venerar.

Tres cuerpos, los cuales se pueden cubrir por manteles bordados con fondo morado.

Adorno de papel picado color morado.

Veladoras.

Velas.

Flor de cempasúchil.

Los alimentos preferidos del difunto, mole, sopa, frijoles, tortillas, tamales, dulces, sal y su botella de vino preferido.

Ollas de barro.

Su ropa.

En los adornos se puede incluir el carrizo.

Copal.

Tierra simulando una tumba.

Una cruz.

La creencia de ofrendar algo al ánima sola, es semejante a la costumbre ancestral de asignar algo para el alma que no tiene quien se acuerde de ella o no le queden seres en el mundo.

El día 28 de octubre se dedica a los fallecidos en accidentes o asesinados.

El día 1 de noviembre a los niños y el día 2 a los adultos.

El 31 de octubre en cada hogar, templo, las comunidades colocan altares, que están formadas de carrizo, otate, cubiertos con flores, se colocan frutas para dar el encanto a la vista y regocijo al espíritu. Las calaveras, pan de muerto, jarras con agua, agua bendita, velas, veladoras; en algún lugar del altar se recuerda a las ánimas que no tienen familiares que las recuerden.

Por lo anterior la principal finalidad de los altares de muertos es recordar a los familiares que han fallecido, a los niños se les recuerda el día 1 de noviembre con alimentos especiales para ellos, a los angelitos se les recibe can un olor penetrante a mirra, la finalidad de regar flores de la puerta de la casa al altar es para que el niño identifique su hogar y como señal de bienvenida, durante este tiempo existe mucha alegría en la familia.

En atención a los muertos adultos se dispone el comedor para que toda la familia conviva frente al altar con la seguridad de que sus difuntos están contentos, pues es el momento del encuentro, se hace una sobremesa prolongada hasta las 7 en que toda la familia participa en el rosario, después de este se merienda con café, chocolate, atoles y tamales. El olor de los alimentos se mezcla con el copal que inunda el ambiente con una cortinilla de humo que purifica y aleja a los malos espíritus, sobre la mesa se coloca todo lo que en vida gustaba al muerto, todo ello enmarcado en flores multicolores.

Cada familia hace ofrendas para sus propios muertos y estas serán mas o menos importantes según la situación económica, Pero aunque celebradas en cada familia, las ofrendas poseen un carácter social por excelencia; en efecto cada persona del grupo puede participar en estas y las ofrendas importantes atraen hasta un centenar de personas. Entre mas personas estén presentes, mas honradas se sentirán las almas de los difuntos, puesto que eso es una prueba segura de que durante su vida fueron y tuvieron muchos amigos.

El 2 de noviembre doblan las campanas anunciando que ya se van los difuntos, se reúnen las familias llevando incienso y copal para alumbrar el regreso de las ánimas. A partir del día tres comienza el intercambio de ofrendas entre los parientes y compadres. Se manda a las hijos con canastas de pan y fruta, a la casa del tío, del padrino o el hermano, llevando lo que queda de la ofrenda, se vacía la canasta y se vuelve a llenar con la propia ofrenda, de ahí la tradición de "Dar la calavera".

En atención a los muertos adultos se dispone el comedor para que toda la familia conviva frente al altar con la seguridad de que sus difuntos están contentos, pues es el momento del encuentro, se hace una sobremesa prolongada hasta las 7 en que toda la familia participa en el rosario, después de este se merienda con café, chocolate, atoles y tamales. El olor de los alimentos se mezcla con el copal que inunda el ambiente con una cortinilla de humo que purifica y aleja a los malos espíritus, sobre la mesa se coloca todo lo que en vida gustaba al muerto, todo ello enmarcado en flores multicolores.

Cada familia hace ofrendas para sus propios muertos y estas serán mas o menos importantes según la situación económica, Pero aunque celebradas en cada familia, las ofrendas poseen un carácter social por excelencia; en efecto cada persona del grupo puede participar en estas y las ofrendas importantes atraen hasta un centenar de personas. Entre mas personas estén presentes, mas honradas se sentirán las almas de los difuntos, puesto que eso es una prueba segura de que durante su vida fueron y tuvieron muchos amigos.

El 2 de noviembre doblan las campanas anunciando que ya se van los difuntos, se reúnen las familias llevando incienso y copal para alumbrar el regreso de las ánimas. A partir del día tres comienza el intercambio de ofrendas entre los parientes y compadres. Se manda a las hijos con canastas de pan y fruta, a la casa del tío, del padrino o el hermano, llevando lo que queda de la ofrenda, se vacía la canasta y se vuelve a llenar con la propia ofrenda, de ahí la tradición de "Dar la calavera".

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