Un lagunero. En la imagen de un archivo familiar, prestada por Sergio Corona, director del Centro de Investigaciones Históricas de la Universidad Iberoamericana, se aprecia al joven escritor y soldado originario de San Pedro de las Colonias, Coahuila, Francisco L. Urquizo.
Durante diez años México vivió un proceso social armado que a 89 años de haber concluido, la historia reconoce como "Revolución Mexicana". Entre el 20 de noviembre de 1910 y el 21 de mayo de 1920, los caudillos populares que protagonizaron el levantamiento armado, las heroicas batallas y la sangre que durante esa década regó el suelo mexicano, pasaron de la historia a la literatura.
Mientras eran libradas duras batallas con la esperanza de construir un proyecto de nación que diera cabida a las clases menos favorecidas, un grupo de escritores emprendió una misión con la intención de dejar una memoria lo más humana posible, de las vivencias, lenguaje, costumbres y sufrimientos, entre otros aspectos, de quienes protagonizaron el movimiento armado de inicios del siglo XX.
Aun cuando otras revoluciones en el mundo aportaron a la historia universal de la literatura, importantes narraciones, acuarelas tan descriptivas que incluso permitieron conocer manifestaciones sociológicas que se le escaparon a la historia, como en la Revolución Bolchevique, es sólo con el resultado literario inspirado en la lucha armada de México, que nacerá un nuevo género de la narrativa, denominado "Novela Revolucionaria".
Políticos corruptos cuya ambición por el poder les hacía perder la cabeza y clases sociales cuyas ideas cambian de una bando a otro según conviniera, quedaron detalladas página a página en "Las Moscas", de Mariano Azuela.
Una vez surcada una nueva historia para México, Mariano Azuela dará también un género literario propio al país cuando en 1916 publica en Texas de "Los de abajo", porque además temas como la tierra fueron ejes de la literatura nacional hasta los años cincuenta.
Los padecimientos cotidianos del soldado de levita, los miedos de la clase popular que sin saber de armas se alistaba en un ejército o el dolor de largas jornadas levantando cadáveres, son fieles situaciones descritas por el coahuilense Francisco L. Urquizo en "Tropa Vieja", quien además de retratar fielmente en su literatura estos aspectos, jugó un papel fundamental como soldado revolucionario.
UN GÉNERO MEXICANO
Al igual que en la plástica, las artes escénicas y la filosofía, la Revolución juega un papel determinante en los temas contemporáneos de la cultura mexicana, incluyendo la literatura, que incluso llega a formar parte de la identidad de los habitantes de México a partir del siglo XX.
Una intención clara del conjunto de escritores de la revolución, fue ofrecer una visión realista de los sucesos que acontecieron a partir de 1910. Sin embargo mucha de la literatura que fue escrita en ese momento fue vivencial, lo que limitó a los autores quienes dibujaban literalmente sus experiencias del campo de batalla, como el caso de Urquizo, el de Mariano Azuela, Martín Luis Guzmán y Vasconcelos, que ya eran unos jóvenes cuando estalló el movimiento armado.
Diferentes estilos para presentar un género, ya sea el relato de quien sigue a la figura central de un caudillo o la idílica narración cuyo protagonista es el pueblo. Otras veces se presenta la perspectiva autobiográfica y, con menos frecuencia, los relatos objetivos o testimoniales.
VIVOS RETRATOS
Mediante un estilo realista que conserva un lenguaje particular según el autor, la Novela Revolucionaria, narra la historia de un pueblo que inicia una lucha por cambiar un orden social. Obligados por la desigualdad y el hambre, un gran número de personas se integra al destino del país, incluso desconociendo muchas cosas.
Retratos violentos, descripciones vulgares y hechos que por primera vez fueron de ocupación para la literatura, dejaron ver el punto de vista de cada autor.
Un gran grupo de escritores recreó los acontecimientos históricos, mezcló ficción y dio en ese retrato voz a sectores muy populares, sin embargo muchos consideran que su principal aporte fue haber concebido el arte de contar de manera diferente las historias, dejando como legado un nuevo género literario.
Un autor lagunero
Conocido también como el novelista del Soldado, Francisco L. Urquizo, autor de "Tropa Vieja" entre otras, no sólo participó de manera importante en la Revolución Mexicana sino que se convirtió en uno de los principales exponentes de un género literario que marcó toda una época en las letras nacionales.
Alcanzado por la Revolución Mexicana en su tierra natal, San Pedro de las Colonias, Coahuila, peleó con Emilio Madero, Francisco I. Madero, al que acompañó en el Decenio Trágico, y luego de su muerte se unió al Ejército Constitucionalista al mando del también coahuilense Venustiano Carranza.
Autor de 34 obras, es Tropa Vieja la que expone con mayor claridad el papel del soldado en los hechos revolucionarios. Según Salvador Novo, la novela escrita por el sampetrino, es la mejor novela revolucionaria que se ha escrito. Una edición popular que se convirtió en un fenómeno literario que vendió decenas de miles de ejemplares, adquiridos por los lectores incluso a través de los voceadores.
Las principales obras de este género son:
⇒ Los de Abajo (1913) de Mariano Azuela.
⇒ Tropa Vieja de Francisco L. Urquizo.
⇒ La sombra del caudillo (1929) y El águila y la serpiente (1928) de Martín Luis Guzmán.
Los autores
Entre los más destacados están:
⇒ José Vasconcelos.
⇒ Gregorio López y Fuentes.
⇒ Francisco Rojas González.
⇒ Nellie Campobello.
⇒ Jorge Ferretis.
⇒ Agustín Vera.
