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¿GENES O MEDIO AMBIENTE? PALABRAS DE PODER

JACINTO FAYA VIESCA

El poeta griego Homero en su obra, La Odisea, 700 años Antes de Cristo, escribió: "¡Ay, ay, cómo culpan los mortales a los dioses!, pues de nosotros, dicen, proceden los males. Pero también ellos (los hombres) por su estupidez soportan dolores más allá de lo que les corresponde".

Homero y los tres más grandes trágicos griegos: Sófocles, Esquilo y Eurípides, al igual que los más grandes pensadores de la historia, han señalado la importancia del entorno, es decir, del medio ambiente, como la causa determinante de la conducta humana. Y dentro de este entorno o medio ambiente le han dado a la educación un sitio cumbre en la formación de los hombres.

Si revisamos la literatura y filosofía de la Grecia Clásica, destaca enormemente la influencia de la educación en la conducta humana. Y los más grandes poetas griegos, así como sus más geniales filósofos, plasmaron todo su esfuerzo en la necesidad de educar la inteligencia y el alma de los seres humanos. Homero, Sócrates, Platón y Aristóteles, están vigentes y nos hablan cada día. Ellos, constituyeron las bases de la civilización Occidental.

Cuando la biología empezó a desarrollarse, y cuando se descubre el ADN, compuesto por el ácido desoxirribonucleico, la genética como ciencia, irrumpe en el escenario de la conducta humana; ahora, los genes son los protagonistas y causantes fundamentales de la conducta.

Recuerdo haber visto en la televisión en vivo, al presidente Clinton, anunciando al mundo, que al fin, se había descifrado la hilera de tres mil millones de letras formadas por un alfabeto de cuatro letras que contiene el secreto de la construcción y funcionamiento del cuerpo humano.

Antes de esta declaración del presidente Clinton, relativo al trabajo del genetista Craig Venter, los genetistas de todo el mundo estaban de acuerdo que el genoma del ser humano contenía 100,000 genes. El científico Craig Venter, demostró que los humanos sólo contamos con la pobre cantidad de 30,000 genes, menos de la mitad de los genes de un gusano, que exceden los 60,000.

La noticia les cayó a los genetistas como un balde de agua fría. Ellos, venían afirmando, que con 100,000 genes, la conducta humana estaba determinada por los genes y no por el medio ambiente. Y el balde de agua fría se convirtió en hielo, cuando Craig Venter le declaró al periodista Robin Mckie del periódico dominical británico, Observer, lo siguiente: "Simplemente, no tenemos los suficientes genes para que esta idea del determinismo biológico sea cierta". Y añadió: "La maravillosa diversidad de la especie humana no está integrada en nuestro código genético. Nuestro entorno es decisivo".

El doctor Ridley, por la Universidad de Oxford, Inglaterra, nos explica que el hecho de que cada ser humano cuente con 30,000 genes y no con 100,000 como se creía, en nada cambiaba las cosas, por el hecho de que más genes significara que el medio ambiente ejerciera más influencia, y que tampoco, 30,000 genes eran "muy pocos" para explicar la conducta humana.

Ya van más de cien años de debate entre los científicos y educadores, de qué es más determinante para la conducta humana: ¿los genes, es decir, nuestra herencia biológica, o el medio ambiente? Grandes educadores, y destacados científicos, han encendido el debate: ¿genes?, o, ¿entorno social? Los genetistas son partidarios de la herencia biológica, o de lo que algunos llaman, "la naturaleza humana". Y en el otro bando, están los ambientalistas o defensores del entorno, destacando, la educación, por supuesto.

Claro, que la herencia biológica tiene un gran peso de influencia en la conducta. Y qué decir del ambiente físico y social en la conducta de las personas. ¿Cuál es, pues, el peso específico de estas dos grandes influencias? Critilo piensa, que en estos momentos en que la genética abrió un enorme campo para el conocimiento humano, no cabe duda, que los genes ejercen una poderosa influencia. ¿Pero qué decir de la educación y el entorno? La sociología y la psicología social, así como la antropología cultural han demostrado hasta el cansancio, que el entorno ejerce una inmensa influencia en la conducta humana.

Critilo nos pide que estemos muy atentos a los grandes descubrimientos en genética, de los últimos ocho años: el genial descubrimiento consiste en que los genes influyen en la conducta humana, y que el entorno, a su vez, modifica a los genes. Es decir, que los genes están predispuestos para dejarse influir por el entorno. Lo anterior quiere decir, que nuestros genes no son los tiranos que conducen nuestra conducta, sino más bien, que nuestra conducta es el verdadero tirano de nuestros genes.

Critilo toma esta segunda posición como la de más peso: nuestra conducta modifica nuestros genes. Es decir, nuestra biología está al servicio de nuestra libertad, de nuestra voluntad, de nuestra educación, sueño y esfuerzos.

¡No cabe duda, que Homero, Sócrates, Platón, Aristóteles, Shakespeare, Goethe, y todos los grandes educadores del alma humana, han tenido la razón!: la educación, como parte del entorno es la reina suprema de la conducta humana. ¡En la mayor parte, somos dueños de nuestro destino!

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