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Manejo de residuos sólidos en áreas naturales protegidas

A la ciudadanía

GERARDO JIMÉNEZ GONZÁLEZ

Históricamente, la ocupación de espacios físicos por el hombre ha implicado una transformación de los ecosistemas naturales, alterando los procesos ecológicos existentes en ellos. Este fenómeno es inevitable puesto que nuestra especie aparece en la faz de la tierra de manera dominante sobre las demás, pero también mostrando sus hábitos depredadores sobre los recursos naturales en la medida que depende de ellos para vivir.

De esa manera, los procesos de deterioro que ha provocado la población humana no habían cobrado significancia mientras que el tamaño y la densidad de ella eran reducidas, impactando local y aisladamente esos espacios físicos, permitiendo la continuidad de los procesos ecológicos en que se basa la organización de la vida en el planeta.

Sin embargo, el crecimiento poblacional, y más que esto, la lógica en que ocurre este hace unos tres siglos, con el advenimiento del capitalismo basado en la industrialización y la expansión urbana en las ciudades, el impacto humano depredador altera drásticamente el ambiente que nos rodea, dejando espacios reducidos donde la naturaleza es cada vez sometida a la voluntad humana, imponiéndose la visión antropocéntrica que nos ha caracterizado.

Uno de los impactos que destacan de esa ocupación humana concentrada en espacios físicos urbanizados, es la eliminación de desechos, sólidos y líquidos, que trastornan el ambiente y que pueden tener una repercusión en la salud humana, a los cuales se ha puesto atención resolviéndolos mediante un manejo que implique el uso de tecnologías que permitan su eliminación, reúso o reciclaje para reducir esos impactos negativos. Pero el manejo de estos residuos también requiere un grado de organización social que implique no solo la participación de un gobierno o una empresa responsable de recolectarlos, acopiarlos y depositarlos en algún confinamiento y/o darles un tratamiento de reciclaje, sino que para lograr esta tarea también es fundamental que la población adquiera una cultura que desde su espacios habitacionales o de trabajo aprenda a realizar ese manejo.

Hoy en día los espacios urbanos que logran un mejor manejo de sus desechos son los que presentan una imagen aceptable para vivir en ellos, a la vez de que reducen los impactos en el ambiente, particularmente si son grandes conglomeraciones de población donde los volúmenes desechados son enormes. Si el reto de manejar estos desechos es importante en tales espacios urbanizados, también lo es en aquellos destinados a la conservación de la naturaleza, como son las áreas naturales protegidas.

Estas, son espacios geográficos donde es posible apreciar los ecosistemas en condiciones menos alteradas por la presencia humana, razón por la cual se conserva en ellas una mayor biodiversidad que en los espacios antropizados. Si bien estas áreas se ubican en espacios rurales donde la población humana se ha asentado en pequeñas comunidades, un manejo inadecuado de los desechos sólidos impacta la salud de las familias y los hábitos de los animales domésticos que ahí residen, pero también las condiciones en que se encuentran los ecosistemas naturales que les rodean, pudiendo influir en los patrones de comportamiento de la fauna y flora silvestre, aunado a que resulta incompatible con los valores paisajistas y ambientales propios de estos lugares.

Es por ello que para los responsables de la gestión de las áreas naturales protegidas resulta impostergable diseñar programas que contemplen el manejo de los residuos sólidos, donde debido a las limitaciones normativas no pueden establecerse confinamientos en su interior y requieren, en el caso de los inorgánicos, crear sistemas de recolección, acopio y traslado que posibiliten su extracción fuera de ellas. Para esto, debe contemplarse una necesaria participación de la población que colabore en el establecimiento de sistemas de manejo; tal es el caso del que se ha iniciado en una fase experimental en la Reserva Ecológica Municipal de Jimulco.

Así, como parte del Subprograma de Educación Ambiental, en colaboración con la Dirección de Medio Ambiente Municipal y la empresa PASA, en este espacio protegido recién inició a mediados del mes de marzo, un Proyecto de Manejo de Residuos Sólidos que involucra a voluntarias, escolares y docentes de las comunidades del área, de modo tal que a fines de este año exista un sistema de manejo de la basura operado por una red de voluntarias que desean vivir en un lugar limpio y saludable

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