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La vida después del VIH-Sida

En Torreón, desde 1983 a la fecha, se han registrado cerca de 680 casos, cifra que posiciona al municipio en el primer lugar en el estado. Uno de esos casos es el de Héctor. (Fotografía de Sergio Reyes)

En Torreón, desde 1983 a la fecha, se han registrado cerca de 680 casos, cifra que posiciona al municipio en el primer lugar en el estado. Uno de esos casos es el de Héctor. (Fotografía de Sergio Reyes)

Guadalupe Miranda El Siglo de Torreón

Héctor y Carlos son dos de los 680 casos de VIH-Sida que hay en el municipio de Torreón. Para los dos, su vida cambió radicalmente cuando se enteraron que estaban infectados del virus. Afortunadamente, además del apoyo de su familia tienen el de instituciones especializadas en la atención de este tipo de pacientes.

Hace unos meses, la vida de Héctor, un joven de 19 años de edad, cambió para siempre. El 20 de marzo del año en curso fue diagnosticado como portador del VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana), causante del Sida (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida).

“Me quedé helado al saber la noticia”, recuerda. Severos dolores de cabeza, fiebres y continuos problemas de sinusitis fueron los factores que lo orillaron a realizarse una serie de estudios médicos. “Esto fue como en enero que me practiqué un examen de carga viral”. Este examen que revela el nivel del virus en la sangre.

Meses después su madre le daría la terrible noticia. “Cuando me enteré toda mi familia ya lo sabía menos yo, esa fue una cosa que no me gustó mucho, siendo yo mayor de edad”, dice Héctor, quien lleva grabado en su memoria aquel día. “Te quedas helado totalmente, lo primero que piensas es en tu familia, en qué les vas a decir, cómo van a reaccionar, y pues creo que en mi caso lo tomaron bien, pues me están apoyando mucho”, platica.

Aunque es portador del VIH, Héctor hasta el momento no recibe ningún medicamento, “todavía no desarrollo la enfermedad”, comenta.

La vida de Estrella también ha cambiado por el VIH-Sida, sólo que ella no lo padece sino su hermano mayor, Carlos. “Es una noticia que nos afecta emocionalmente, porque no nos imaginamos que en la familia vaya a haber esta enfermedad que es tan temida por todos”, cuenta Estrella.

Fue en el 2004 cuando le diagnosticaron VIH a su hermano mayor, quien a diferencia de Héctor, ya ha comenzado a presentar síntomas de la enfermedad.

Estrella recuerda que fueron tres exámenes los que se le practicaron en diferente momento, los que confirmaron el diagnóstico, pues para su hermano era difícil de creer.

Debido a su trabajo y al mal tratamiento que llevaba, cuenta Estrella, su hermano desarrolló una serie de abscesos en el hígado al poco tiempo de recibir la noticia. “Pero con un nuevo tratamiento fue cediendo la infección y se restableció”.

Dice que fue difícil luchar contra esta terrible enfermedad “a veces recaía y era necesario hospitalizarlo pero como soy enfermera, continuamos con el medicamento en casa”, recuerda.

No fue sino hasta el 2005 cuando ambos ingresaron al Centro Ambulatorio para la Prevención y Atención del Sida (e Infecciones de Transmisión Sexual (CAPASITS) Torreón, lugar en donde Carlos recibió el tratamiento para la enfermedad sin costo alguno, mientras que Estrella fue atendida por psicólogos de la institución, “pues es una enfermedad que no sólo ataca a una persona, sino a toda la familia”, dice.

Qué es el VIH-Sida

Claudio Alejandro Argote Olvera, director del CAPASITS Torreón, explica que cuando una persona da positivo a VIH, se encuentra en un periodo de “cero positividad”, que oscila entre los cinco y diez años, en el cual no desarrolla ningún síntoma, no existe molestia alguna, pero es capaz de transmitir el virus.

“La persona no sabe que tiene la infección pero ya transmite a través de sus relaciones el virus, y ese es un problema epidemiológico, porque la mayoría de estas personas desconoce que es portador”, comenta el médico.

Después de estos cinco o diez años, aparecen los síntomas típicos que son: fiebre, pérdida de peso, diarrea, ganglios (se encargan de impedir infecciones y se encuentran en todo el cuerpo), infecciones, complicaciones respiratorias, entre otros.

Una vez que la persona infectada empieza a desarrollar el Sida, tiene un promedio de vida de tres a cuatro años si no recibe tratamiento. Pero si es atendida y lo recibe a tiempo, su vida se alarga hasta por 22 a 23 años más, en promedio.

El tratamiento

Existen dos clases de tratamientos para el Sida: el farmacológico y el no farmacológico, según explica el titular del CAPASITS Torreón.

El farmacológico consiste en la administración de tres o más antirretrovirales, que bloquean la replicación del virus, es decir ya no se reproduce, “no curan la infección, no matan el virus pero evitan que se repique”.

Mientras que el no farmacológico consiste en: una buena alimentación, ejercicio, en usar protección en sus relaciones sexuales, no consumir drogas, alcohol, tabaco, en general que se lleve una vida sana.

“Cuando se conjuntan estos aspectos de vida sana con el tratamiento, es cuando podemos tener una sobrevida importante que puede extenderse hasta los 22 ó 23, o si no, la muerte puede ocurrir mucho antes”, explica Argote Olvera, quien asegura que la calidad de vida del paciente mientras se encuentra en tratamiento, es excelente, “la persona anda trabajando, tiene su relación familiar normal, como cualquier persona”.

La estadística

De acuerdo con las cifras que maneja el CAPASITS, dependiente de la Secretaría de Salud en el Estado, Coahuila ocupa el lugar número 22 en casos de Sida, siendo el municipio de Torreón el que encabeza la lista con aproximadamente 680 casos registrados desde 1983 a la fecha.

Para Argote Olvera el hecho de que Coahuila ocupe el lugar 22 a nivel nacional con poco más de mil 600 personas infectadas, no es un problema grave, a diferencia de otros estados por ejemplo: el Distrito Federal, el Estado de México, Veracruz, Jalisco, Puebla, Baja California, entre otros.

Actualmente, según el director del CAPASITS, en Torreón se registran aproximadamente cinco nuevos casos por mes, lo que representa un descenso de más de un 30 por ciento en los últimos años. “Desde 1999 a la fecha hemos tenido una curva de descenso de la incidencia de nuevos casos… ahora tenemos aproximadamente cinco nuevos casos al mes cuando antes eran más o menos 15 los que teníamos”.

El promedio de edad de adquisición de la infección es 23 años, “aunque tenemos registros de personas entre los 17 y 18 años, e incluso de 15 años y embarazadas, hasta los 65 años, pero el promedio es a los 23 años”, indica el especialista.

Las principales formas de contagio son: sexual, con más del 95 por ciento, con la práctica homosexual en los hombres encabezando la lista; seguido por el uso de drogas inyectables, y en último lugar el contagio por vía perinatal (madre a hijo),

De los 680 casos registrados en el municipio, actualmente el Centro atiende a un total de 120 pacientes, entre ellos a tres mujeres embarazadas, mismas que ya se encuentran en tratamiento.

Alejandro Argote comenta que de esta cifra, desde 1983 a la fecha, el 40 por ciento ya ha fallecido. “Fallecen porque algunos no recibieron el tratamiento a tiempo, y otros porque lo abandonaron”.

Madres infectadas

Respecto al caso de mujeres embarazadas infectadas con VIH, Argote Olvera explica que siempre y cuando el virus sea detectado, como máximo, cinco semanas antes del parto, existe la posibilidad de que el bebé no sea infectado.

Pero de no ser detectado y tratado a tiempo, el bebé presenta un 40 por ciento de posibilidad de nacer infectado por el VIH. “Si se descubre a tiempo, es decir mínimo cinco semanas antes del parto, y se le da tratamiento a la madre, entonces las posibilidades de que el niño nazca infectado se reducen hasta al tres por ciento”, indica el especialista.

A diferencia de los adultos, en los bebés por nacer existen tres formas de contagio: por placenta, nacer por el canal del parto y por lactancia.

“Entonces… ¿qué hacemos?, le damos tratamiento a la futura madre para evitar que pase el virus a la placenta, se le practica una cesárea para que no atraviese el canal del parto, así mismo, se le prohíbe a la mamá que le dé leche, además se le da un tratamiento durante siete días y de esa forma logramos prácticamente parar el riesgo”.

La ayuda

Para brindar apoyo tanto médico como psicológico, el CAPASITS cuenta con un programa titulado “Detección Oportuna de VIH en Mujeres Embarazadas”.

“Es importante que las mujeres embarazadas se realicen una prueba para detectar la presencia de anticuerpos, la cual sólo tarda 20 minutos, ésta revelerá si hay positividad o negatividad al virus”, explica Alejandro Argote y dice que “de las pacientes que hemos atendido, han tenido a sus bebés, las hemos controlado, y ni una de ellas ha tenido problemas con sus bebés, todos han nacido sanos”.

Razón por la que asegura que es importante que todas las mujeres que se encuentran en esta etapa de la vida, se practiquen este tipo de exámenes “pues muchas de las jóvenes que hemos atendido, han sido infectadas, aun cuando sólo han estado con una sola pareja”, indicó.

Fundación “Vihvir” es una opción de ayuda tanto para quien padece la enfermedad como para sus familiares. “hace más de un año y medio que nació la idea de armar una asociación que en verdad se hiciera cargo de las personas que están infectadas... antes no existía ninguna en su tipo, pues sólo hablaban de prevención mas no de ayuda a quienes la padecen”, comenta Israel de la Rosa, presidente de la fundación.

En el lugar se trabaja con grupos de ayuda mutua, tanto para los pacientes como para sus familiares y amigos, “en donde se les brinda una retroalimentación emocional”, señala.

Gracias al apoyo que ha recibido principalmente de su familia, del CAPASITS y de esta fundación, Héctor, quien hace unos meses truncara sus estudios por la depresión en la que había caído, ahora estudia la preparatoria abierta y por las tardes acude a sus clases de inglés, pero su mayor sueño es llegar a ser un gran chef “y montar mi propio restaurante”, dice.

“Lo único que yo les aconsejo a todos los jóvenes, es que si van a tener relaciones sexuales usen condón siempre, nunca lo hagan sin protección, porque su uso puede marcar la d

Día Mundial de la Lucha contra el Sida

De acuerdo con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), fue en el año de 1988 cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció el primero de diciembre como el Día Mundial de la Lucha contra el Sida, durante la Conferencia Mundial de Ministros de Salud sobre Programas de Prevención del Sida, celebrada en Londres.

El día fue elegido debido a que el primer caso de Sida fue diagnosticado un primero de diciembre pero de 1981.

El objetivo es formar parte del esfuerzo global para encarar el reto de la pandemia que continúa extendiéndose en todo el mundo.

Se considera que el principal aliado de la enfermedad se remite a que la mayoría de las personas carece de información sobre la enfermedad; los avances en la lucha contra el Sida tendrán que surgir principalmente de la prevención, particularmente dirigida a los jóvenes, para evitar aún más la propagación de una de las pandemias más agresivas de la humanidad.

El contagio

Las principales formas de contagio son:

- Por vía sexual; en las relaciones homosexuales se presenta el índice de riesgo más alto.

- Por el uso de drogas inyectables, por compartir jeringas infectadas.

- Por vía perinatal, de madre a hijo.

FUENTE: CAPASITS Torreón

En los primeros lugares

De acuerdo con las cifras del CAPASITS, Coahuila:

- Desde 1983 a la fecha Coahuila tiene un registro aproximado de mil 600 casos de Sida.

- Torreón ocupa el primer lugar en el estado con 680 casos.

- La edad promedio de infección en Coahuila es de 23 años.

- A nivel nacional, Coahuila ocupa el lugar 22 en casos de Sida.

FUENTE: CAPASITS Torreón

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Escrito en: Sida

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