La riqueza espiritual proviene del alma humana, de los dones del hombre, como su capacidad de soñar, de imaginar, de amar, de dar, de ser. El ser es una cualidad del alma, y su abundancia de dones es lo que hace a ésta inmensamente rica. La riqueza del alma está relacionada con las cualidades metafísicas del hombre, como lo son la verdad, la bondad, la belleza, que son tan distintivos del ser humano. A través de estos elementos, el hombre encuentra el significado por la vida. Son estas cualidades y virtudes precisamente lo que le otorga al individuo una institución para apreciar la existencia. Al tener riqueza espiritual, se tiene sentido por la vida, amor por la existencia.