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Zonas económicas especiales en el mundo

Julio Faesler

Uno de los mecanismos que mejor han funcionado en los últimos años para impulsar la economía de países y regiones en desarrollo son las llamadas Zonas Económicas Especiales.

Consistentes en áreas definidas donde se autoriza la operación de actividades agroindustriales, industriales y de servicios, se utilizan insumos extranjeros que entran bajo régimen de exención de impuestos gozando además de otros beneficios fiscales y administrativos. Los productos terminados salen a los mercados internacionales habiendo incorporado insumos nacionales sea simplemente mano de obra si la operación fue de simple ensamble, de materias primas o componentes nacionales o servicios de agua y energía.

Al facilitar la entrada de materias primas foráneas sin pago de impuestos y sin mayores requisitos de trámite más que los indispensables para asegurar el respeto a las reglas, las zonas económicas especiales generan empleo a trabajadores nacionales y focalizan demandas para los proveedores nacionales de componentes e insumos.

En México tenemos como antecedente los Desarrollos Portuarios, Zonas Libres y Franjas Fronterizas. El objeto fue la de dar facilidades al consumidor nacional reconociendo las realidades de integración fronteriza. A cualquiera actividad industrial se le aplicarían las reglas aduaneras normales que bien podrían ser las de importación temporal. Las zonas tenían vocación de consumo no de producción.

En lugar de enfatizar los controles aduanales como lo hacemos nosotros, las zonas económicas especiales que actualmente operan en el mundo parten del concepto dinámico de promover actividades que creen empleos y promover el desarrollo local. Para ello los gobiernos federales y estatales ofrecen amplias facilidades de varios tipos.

Los casos de China y de India vienen a cuento.

Autorizados en 1979 las primeras Zonas Especiales se crearon cerca de Hong Kong y de Macao teniendo en cuenta además la vecindad con Taiwán. Se trataba de ensayar el sistema de “dos sistemas un país”, capitalismo bajo el socialismo y observar en qué medida podría replicarse en otras partes de la República Popular. El proyecto formaba parte de una ambiciosa política de adaptación de China al mundo lo que requería a la vez aprovechar las oportunidades de los mercados internacionales.

La Zona más famosa, la de Shenzhen, hoy abarca a una ciudad de diez millones de habitantes y fue parte de las negociaciones con Gran Bretaña para la transferencia de Hong Kong. El Congreso del Pueblo Chino creó las Zonas de Zhuhai, Shantou y Xiamen y dio esa categoría a la provincia completa de Hainan.

La intención era atraer inversiones, crear plataformas de exportación y promover la asociación entre empresas chinas con exenciones de impuestos y facilidades de todo tipo. Respetando principios socialistas nadie puede adquirir terrenos, sólo puede adquirirse el derecho a su uso.

Las intensas discusiones que esta estrategia desató en Beijing fueron zanjadas por el primer ministro que la aprobó firmemente sentenciando: el tiempo es dinero y la eficiencia es vida.

Desde 1965 la India creó Zonas de Procesados para la Exportación. En 2005 el presidente aprobó la Ley de las Zonas Económicas Especiales para aumentar la actividad productiva, promover exportaciones, crear empleo, mejorar infraestructuras y atraer inversiones nacionales y de fuera otorgándoles de apoyos fiscales y administrativos significativos.

Con extensiones de 10 hasta 1,500 hectáreas, se han autorizado 154 Zonas Económicas Especiales que son administradas por un Consejo Interministerial presidido por el ministro de Economía. El Consejo aprueba las solicitudes avaladas por los Estados procurando favorecer las regiones menos desarrolladas o estratégicas, asegurando el respeto a las reglas. Impone sanciones penales al que las viole.

Las Zonas se han ido especializando en ramos como joyería, calzado, ropa, electrónica o informática. No se impone reglas de valor agregado y sólo pide que mantenga una balanza comercial positiva para la exención impuestos de importación, del ISR derivado de la exportación por cinco años, del IVA federal y de servicios. También da facilidades para contratar préstamos hasta por 500,000 US. A los desarrolladores de una Zona se le pueden otorgar exenciones fiscales hasta por 15 años.

Las exportaciones han ido aumentando año con año. En 2006 las 1076 unidades de producción instaladas en las Zonas aumentaron en 30% y en 2007 se espera que alcance el 54%. Se espera atraer inversiones en 2007 hasta por 6,000 millones de dólares y crear 500,000 empleos. Actualmente el 40% del personal es de mujeres.

Otros países han seguido el ejemplo de China e India: Pakistán, Brasil, Irán Jordania, Kajakstán, las Filipinas, Polonia y Rusia. El presidente peruano Alan García quiere establecer una Zona Económica en Puna. Se proyectan más de 3,000 zonas en el mundo.

En México contamos con varios parques industriales en muchos puntos de la República. Debemos proceder tan pronto como sea posible a elevar sus características al rango de Zonas Económicas Especiales y así completar la estrategia que hemos emprendido de desarrollo regional acoplado al comercio exterior.

Coyoacán, Octubre de 2007.

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