Los niños con déficit de atención sufren dificultad para seguir una orden, y en casa les cuesta vestirse, asearse o concentrarse, ya que se distraen fácilmente.
Los niños víctimas de TDAH no logran concentrarse, son inquietos y tienen dificultades para relacionarse; no hay que perder las señales de alerta.
Son muchos los niños que sufren con el retorno a clases, debido a que sus padres y maestros ignoran que son víctimas de Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH). Su comportamiento rompe los moldes y no es raro que sean discriminados o incomprendidos, debido a que les es imposible "portarse bien", como creen los adultos que deben hacerlo.
En la casa y la escuela, profesores y padres deben comenzar a detectar el TDAH, un problema de salud que afecta a niños y adultos. Debido al desconocimiento que hay sobre este mal es común que se le considere como un problema pasajero, propio de la edad o de simple indisciplina.
En realidad se trata de una enfermedad que debe ser atendida por especialistas. El neurólogo pediatra Eduardo Barragán explica: "El TDAH no es un mito, pues el padecimiento tiene registros desde hace 100 años, por lo que es necesario que padres y maestros estén informados sobre el tratamiento sicológico y farmacológico para no caer en distinciones sobre otros niños".
El origen de este desorden está en una mala regulación de la dopamina, una sustancia cerebral encargada de regular los estímulos que mantienen la atención y el control motor, evitando la hiperactividad.
Una tarea primordial de los padres en el regreso a clases es vigilar la salud de sus hijos, especialmente la de los estudiantes a los que se considera "niño problema", "traviesos e incontrolables" o que "tienen una energía que no se les agota nunca".
Entre los síntomas destacan "inatención, hiperactividad e impulsividad en adolescentes y adultos; esto impacta en la calidad de vida y crece el riesgo de fracaso escolar, laboral y emocional".
En la escuela los niños afectados sufren dificultad para seguir una orden, y en casa les cuesta vestirse, asearse o concentrarse, ya que se distraen fácilmente, tienen problemas para finalizar sus tareas; pierden u olvidan los útiles o prendas de vestir. Las víctimas del TDAH parecen no escuchar cuando se le habla y descuidan sus hábitos: cepillarse los dientes, recoger la ropa, guardar cuadernos o juguetes.
Los padres deben mantenerse pendientes, y en caso de duda, pedir un consejo profesional si sus hijos muestran algunas de las conductas que identifican al TDAH. No deben olvidar que este mal debe ser diagnosticado por un especialista y que tratarlo a tiempo, con un medicamento óptimo, posiblita que el paciente tenga una conducta equilibrada.
Barragán explica que cuando una persona es diagnosticada con TDAH, el médico puede prescribir tratamientos integrales y farmacológicos que estimulan la regulación del buen funcionamiento cerebral, como el metilfenidato (ritalín), un medicamento que regula directamente la dopamina, ya que mejora la circulación de los neurotransmisores y favorece el control de la hiperactividad e impulsividad.
Insiste en que la tarea primordial es de los padres, pero es importante que los maestros sepan lo más posible sobre este mal.
