Uno de los programas que ha funcionado verdaderamente bien en la relación México-Canadá es el Programa de Trabajadores agrícolas temporales México-Canadá.
Este programa se estableció en 1974 y tiene como objetivo principal el beneficiar a ambos países, mediante la contratación de trabajadores agrícolas temporales mexicanos a fin de satisfacer la demanda del mercado laboral agrícola canadiense.
Durante sus casi 30 años de existencia, el número de trabajadores participantes en el programa ha crecido casi de manera permanente; habiendo sido de alrededor de 200 en su inicio, la cifra fue de más de nueve mil para el año 2000 y de casi 20 mil en el año 2004
Los trabajadores procedentes de diferentes Estados de la República, son seleccionados por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social en la Ciudad de México y recibidos en Canadá por personal encargado del programa en los Consulados Generales de México en Toronto, Montreal y Vancouver respectivamente.
Alrededor del 80 por ciento de los trabajadores del Programa llega a la provincia de Ontario, 15 por ciento a Québec y cinco por ciento a Manitoba y Alberta. También existen trabajadoras en el Programa, aun cuando su participación numérica es poco significativa.
Distribuidos en casi mil diferentes granjas, los trabajadores laboran en cultivos de verdura, tabaco, frutas e invernaderos. La mayoría arriba durante el verano y algunos desde febrero. Su estancia máxima en Canadá es de ocho meses.
Los trabajadores mexicanos están protegidos por las leyes laborales canadienses y cuentan con seguro de vida y gastos médicos. El Programa es monitoreado por las representaciones consulares de México en Canadá y se revisa periódicamente por representantes de los gobiernos de ambos países.
En los últimos tres años en mis viajes de trabajo a Toronto a Ciudad de México y viceversa, he coincidido en varias ocasiones con cientos de estos trabajadores temporales, quienes viajan en avión y sus gastos son cubiertos por los granjeros canadienses.
En múltiples ocasiones he tenido la oportunidad de platicar con ellos acerca de sus experiencias, sobre el trato que reciben y sobre el tipo de trabajo que desarrollan en Canadá.
Con mucho gusto pero a la vez con cierta decepción me he dado cuenta que a esos trabajadores les va muy bien en Canadá, y esperan regresar cada año, comentan que los granjeros canadienses los tratan bien, en la mayoría de los casos mejor que en México, que el trabajo que desempeñan es apreciado y que no es tan rudo como en México, pues los granjeros canadienses cuentan con mucha maquinaria que facilita su trabajo.
Muchos de ellos provienen del centro y sur de México, viajan a Canadá en abril y regresan en octubre.
El Gobierno de Estados Unidos debería aprender de estos programas y experiencias exitosas, en donde se formaliza y se regula apropiadamente una relación laboral que de hecho ya existe, y que seguirá existiendo con o sin el consentimiento de las autoridades.
El presidente Fox ha tratado que el tema migratorio se pase a primer término dentro de la agenda de asuntos México-Estados Unidos, sin embargo, las presiones de distintos sectores de la población cstadounidense siguen siendo un gran obstáculo.
