Los aficionados santistas vivieron el cuarto empate de los Guerreros en casa, en donde solo tienen una victoria. (JORGE MARTÍNEZ)
Futbol nocturno y dominical en la Comarca Lagunera, cuyo cielo iluminado por una preciosa luna llena le dio la bienvenida a los fieles aficionados santistas, dispuestos a disfrutar de un buen partido entre dos equipos que hace apenas unos meses disputaron una semifinal.
Bajo una temperatura más que agradable para la práctica del futbol, los fanáticos uniformados con su jersey verde y blanco iban llegando a la explanada del estadio, a cuentagotas, preparando la garganta para alentar a su equipo y "ambientados" por la música de banda que se escuchaba proveniente de un estacionamiento cercano al acceso de oriente, o "sol", como le llaman los románticos. Del equipo visitante, nada, encontrar una playera con la Franja era tan imposible como hallar una gordita de chicharrón en viernes a las once de la mañana.
El último partido de la jornada 9 comenzó justo a las 21:06 horas, pero el público no se percató de ello, sino hasta ya transcurridos varios minutos, pues poco futbol se reflejó en la cancha y ni Guerreros ni Camoteros podían fabricar jugadas de peligro. Lo mejor de ese infumable primer tiempo fue el silbatazo de César Arturo Ramos, que dio paso a la despedida de los laguneros entre aplausos, sus aficionados mostraron ese respaldo que se esperaba al volver a jugar en casa y el ambiente continuó hasta que comenzó el segundo lapso, aunque pronto llegó la incredulidad, pues los poblanos se adelantaron.
Fue un segundo tiempo repleto de nerviosismo y hasta desesperación, tímidamente se escuchaba el grito de "Santos, Santos" desde la tribuna, que aplaudió el cambio de Brian Lozano y se mostró la empatía con el futbolista que sigue buscando afanosamente entrar en ritmo. Numerosos santistas abandonaron el estadio antes del silbatazo final y ya en el camino hacia sus coches escucharon el grito de "gol" ante la agónica anotación de Alessio que cuando menos, evitó la tercera derrota consecutiva.
Un empate que a los aficionados les supo a poco y lo hicieron notar con algunos abucheos mientras los de casa abandonaban el campo de juego.
