Las tres carencias más preocupantes desde el punto de vista de la salud pública son: Vitamina A, Complejo B, ácido fólico y Hierro.
Los nutrimentos son compuestos que forman parte de los alimentos y gracias al proceso de digestión, nuestro cuerpo los puede aprovechar y utilizar para todas las funciones en las que se requieren.
De acuerdo a la cantidad en la que los necesitamos, los podemos clasificar dos grandes grupos: Macronutrimentos que son proteínas, lípidos e hidratos de carbono y Micronutrimentos que son vitaminas y oligoelementos (minerales), que se encuentran en concentraciones mucho menores en los alimentos y nuestro organismo los necesita en cantidades muy pequeñas.
Los micronutrimentos, considerados como compuestos esenciales para la vida humana, comprenden 13 vitaminas y unos 16 minerales. En general, tanto las vitaminas como los minerales no son sintetizados por el organismo humano, por lo tanto, es necesario obtenerlos a través de la alimentación y de ahí que sean considerados como nutrimentos indispensables o esenciales.
Las vitaminas y los oligoelementos se necesitan para: el crecimiento y desarrollo del organismo, la utilización metabólica de los macronutrimentos, mantenimiento del sistema inmunitario, muchas otras funciones fisiológicas y metabólicas.
Las vitaminas son compuestos orgánicos potentes, presentes en concentraciones pequeñísimas en los alimentos, con funciones específicas y vitales en las células.
Su ausencia o absorción inadecuada produce enfermedades carenciales o avitaminosis específicas. Las vitaminas son diferentes entre sí, respecto a función en el cuerpo, a su estructura química y su distribución en los alimentos, pero en su gran mayoría actúan como sustancias reguladoras. Hay dos tipos principalmente: Vitaminas hidrosolubles: C y el complejo vitamínico B, Vitaminas liposolubles: A, D, E y K.
¿QUÉ SON LOS OLIGOELEMENTOS?
Sustancias químicas de origen mineral que el cuerpo requiere en pequeñas cantidades e intervienen en diferentes funciones metabólicas. Los más importantes son:
• Calcio: interviene en el sistema nervioso, huesos, dientes coagulación de la sangre.
• Cobre: importante para la absorción del hierro y trabaja junto con él para ayudarle al cuerpo a la formación de los glóbulos rojos, ayuda a mantener saludables los vasos sanguíneos, los nervios, el sistema inmunitario y los huesos.
• Flúor: esencial en la formación de huesos y el correcto mantenimiento del esmalte dental, previniendo la caries, y la estructura ósea.
• Fósforo: interviene en la formación de proteínas y en el metabolismo óseo.
• Hierro: es constituyente vital de la hemoglobina (Hb); interviene en la respiración celular, glicolisis, oxidación de ácidos grasos, síntesis de ADN.
• Manganeso: constituyente de ciertas enzimas; su deficiencia produce pérdida de peso, dermatitis y náuseas; se ha asociado con funciones sexuales y reproductoras.
• Magnesio: interviene en el metabolismo de glucosa.
• Potasio: es un electrólito, es decir es un mineral con carga eléctrica que ayuda a equilibrar la cantidad de agua en el cuerpo y a mantener su pH.
• Sodio: al igual que el potasio, el calcio y el magnesio, es un electrólito y participa en la hidratación y el equilibrio del medio interno.
• Yodo: indispensable para la función tiroidea.
• Cinc: interviene en el metabolismo de proteínas y ácidos nucleicos; por ello se considera que cumple función muy importante en el embarazo y desarrollo fetal. Estimula la actividad de aproximadamente 100 enzimas.
