Los memes de la ciudad dividida, con una parte occidental ganada por la oposición y otra oriental dominada por Morena, se han vuelto virales en redes sociales. Los resultados de la elección del 6 de junio muestran, efectivamente, una urbe nítidamente dividida entre el oeste y el este, como el Berlín previo a 1991. Esta división se prolonga en las zonas conurbadas. El antiguo corredor azul mexiquense del poniente de la zona metropolitana ha reaparecido, con triunfos de la oposición en Huixquilucan, Naucalpan, Tlalnepantla y Atizapán, entre otros, mientras Morena mantiene control sobre los municipios del oriente, como Ecatepec, Nezahualcóyotl y Chalco.
Si bien Morena ha capturado las alcaldías y municipios más populosos, y por lo tanto sigue teniendo mayoría en el voto popular, el que la oposición haya ganado cuando menos nueve alcaldías ha hecho que suenen las alarmas en el grupo que ha gobernado la capital desde 1997.
El presidente Andrés Manuel López Obrador, quien fue jefe de gobierno de 2000 a 2005, reconoció el 7 de junio que "se tiene que trabajar más con la gente aquí en la Ciudad de México", pero de inmediato pasó a esas teorías de la conspiración que tanto le gustan: "Aquí hay más bombardeo de medios de información, aquí es donde se resiente más la guerra sucia, aquí es donde se puede leer la revista esta del Reino Unido The Economist, o sea, aquí está todo. Aquí hemos hablado de que ponen la radio y es en contra, en contra, en contra. Le cambian de estación y es lo mismo. Es propaganda día y noche en contra".
La jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, hizo eco, como siempre, de su líder: "Coincido con lo que dijo el presidente de la república -declaró--. En los últimos meses, desde hace rato, hubo una campaña de desprestigio del movimiento muy fuerte, que tuvo impacto en algunos sectores de la oposición". La secretaria general de Morena, Citlalli Hernández, se lamentó: "Le fallamos a Claudia Sheinbaum y al presidente López Obrador. Con muy buena evaluación de la gestión de ambos, no logramos combatir el voto de odio y temor hacia nuestro movimiento promovido sobre todo en clases medias y altas".
El resultado en la Ciudad de México empaña un desempeño positivo para Morena el 6 de junio, cuando el partido fue nuevamente el más votado en la elección federal y ganó 11 de 15 gobiernos estatales. Asombra, sin embargo, que, en lugar de escuchar el mensaje de los electores en su bastión original, la reacción sea culpar a campañas desprestigio.
La división entre la Ciudad de México oriental y la occidental es un reflejo de una brecha económica y de las políticas sociales que está aplicando el gobierno. La zona oriental es la principal beneficiaria de los programas sociales, mientras que la occidental paga la mayor parte de los impuestos y goza de cada vez menos servicios públicos. Es un voto lógico.
La separación se percibe en el resto del país. Los partidos de oposición han triunfado en entidades relativamente prósperas, como Nuevo León y la ciudad de Monterrey, mientras gobiernan también Jalisco y Guadalajara. Morena está capturando las zonas rurales y marginadas que antes controlaba el PRI, mientras que la oposición triunfa en lugares de clase media. El país se polariza. No es culpa de ninguna campaña sucia. No es tampoco que todo voto por la oposición sea corrupto o productos del miedo. Estamos viendo las lógicas consecuencias políticas de las políticas públicas de la Cuarta Transformación.
CONSULTA
Mientras el presidente López Obrador dice que solo Arturo Zaldívar puede aplicar la reforma al Poder Judicial, el propio presidente de la Corte anuncia que presentará una consulta al pleno con el fin de "no prolongar una situación de incertidumbre que daña la legitimidad del Poder Judicial Federal".
Twitter: @SergioSarmiento
