Francia registró este lunes 96 muertes por coronavirus en las últimas 24 horas, frente a los 46 del día anterior, que elevan la cifra de fallecimientos desde el inicio de la epidemia hasta los 32,825. (ARCHIVO)
Francia registró este lunes 96 muertes por coronavirus en las últimas 24 horas, frente a los 46 del día anterior, que elevan la cifra de fallecimientos desde el inicio de la epidemia hasta los 32,825.
La Agencia de Sanidad Pública añadió en su balance diario sobre la situación, que ha habido además 8,505 nuevos contagios, una cifra que los lunes suele ser más baja que el resto de la semana, y con la que el número de casos sube en total hasta los 743,479.
Este domingo se anotaron en comparación 16,101 positivos, mientras que el sábado se alcanzó un récord, con casi 27,000.
La agencia indicó también en su web que la tasa de positividad de los test realizados ha subido al 11.8 %, tres décimas más que la víspera.
En los últimos siete días ha habido además en Francia 5.350 ingresos hospitalarios por complicaciones vinculadas con la COVID-19, de los que 929 tuvieron que ser dirigidos a unidades de cuidados intensivos.
De los 101 departamentos de Francia, 74 se encuentran ya en una situación de vulnerabilidad elevada por la rápida circulación del coronavirus, cuatro más que los que había en estos últimos tres días.
El empeoramiento de la situación sanitaria ha hecho que a partir de este martes Montpellier y Toulouse pasen a estar incluidas en las zonas de alerta máxima, una categoría que implica nuevas restricciones, como el cierre total de los bares.
Se suman a otras ocho ciudades que ya están sometidas a mayores controles, como París, Marsella o Lyon.
El primer ministro francés, Jean Castex, señaló este lunes en la emisora "France Info" que no se pueden excluir confinamientos locales si los indicadores del coronavirus empeoran y la presión en los hospitales se agudiza.
El semanario "Le Point" destacó en su página web que las autoridades estudian la posibilidad de implantar toques de queda nocturnos en París y la región parisina, una medida que ayudaría a limitar las reuniones familiares o entre amigos en casas, ya que jurídicamente no es posible regular el espacio privado.
