Columnas Social

Piénsalo, Piénsalo

ARTURO MACÍAS

FRATELLI TUTTI

El mundo necesita caminos de comunión; pide a gritos una solución a los problemas globales que lo amenazan, pero hasta ahora solo hay murallas. El Papa Francisco responde a esta situación con "fratelli tutti", una nueva encíclica inspirada en san Francisco de Asís, como también lo fue "Laudato si'", sobre el cuidado del planeta; nuestra casa común.

Fechada apenas el pasado 3 de octubre, aparece como una respuesta a la situación mundial actual, haciendo propuestas que ponen rumbo a la humanidad misma, ya que es ella la que está en juego.

La pandemia actual ha puesto a prueba la solidaridad internacional: la falta de estructuras internacionales sólidas; el manejo de la pandemia con criterios poco científicos; acciones nacionalistas en vez de globales; datos poco confiables o intencionalmente falsos; diagnosis, tratamientos y medicamentos variados y cuestionados; políticas públicas ineficaces, imprecisas y poco confiables; acciones aisladas; información oficial contradictoria, con lenguaje inapropiado, incapaz de fundamentar la verdad, transmitirla y hacerla aceptable.

Ya desde antes de la pandemia, se había hecho necesaria esta solidaridad internacional para resolver las problemáticas que sobrepasaban las fronteras nacionales: crisis ecológica que requiere políticas públicas y acciones globales; conflictos bélicos regionales e internacionales que exigen una autoridad superior con fuerza coercitiva y no sólo llamadas a la conciencia o a la buena voluntad; transnacionales con poder económico mayor que muchos países y que necesitan reglas claras y controles eficaces para limitar sus ambiciones destructivas de recursos naturales y humanos; instituciones económicas internacionales con intereses y beneficios para unos cuantos; control de delitos del crimen internacional, narcotráfico, trata de blancas, comercio de armas; limitación de armas de destrucción masiva; organización de ayuda internacional para desastres, calamidades o crisis económicas; control de la economía internacional más allá del falso juego de la oferta y la demanda; cooperación e intercambio de tecnología y descubrimientos científicos; soluciones al hambre, la pobreza y la injusticia; limitaciones a gobiernos tiranos y asesinos, definiciones científicas de términos que son invocados equívocamente según tendencias, inclinaciones o ideologías.

Es tanta la urgencia de una autoridad a nivel internacional que resuelva las problemáticas arriba mencionadas que, si no lo hacemos de una manera democrática, solidaria, inteligente y respetuosa de países, culturas y personas, podría surgir una "súper nación tirana" o grupo impuesto por la fuerza, que se "ofrezca" como nuevo Mesías-Salvador para actuar e imponerse violentamente, para resolver la amenaza de una catástrofe, una gran hambruna o una crisis ecológica o bélica de dimensiones globales.

Es necesaria una comunidad internacional que sea capaz de ser aceptada por todos, con criterios universales válidos y coherentes que satisfagan las exigencias de universalidad, solidaridad, hermandad, respeto de individuos, culturas, tradiciones y religiones. Aceptada por todos y que dé esperanza a la humanidad.

Es la Iglesia con su vocación católica, es decir, universal, la que puede impulsar esta urgente acción global, liberada de intereses económicos, políticos y monopólicos. Enviada a llevar la Buena Noticia a todo el mundo, es coyuntural el momento para llevar a cabo esta misión de servicio a una humanidad postrada ante la crisis que aún no ha mostrado todas sus terribles consecuencias.

Desde esta perspectiva, es de trascendental importancia la aplicación de las propuestas del Papa en este documento que da sentido y esperanza a la humanidad. Sin embargo se requiere la fuerza de la estructura eclesial y la participación de los creyentes para que descubran la llamada a ser punta de lanza en esta nueva organización de la humanidad, para que nos reconozcamos y vivamos todos como hermanos.

Conocer esta encíclica y ponerla en práctica con acciones concretas será tarea de todos, porque a todos nos afecta y a todos nos corresponde vivir en hermandad; es una respuesta a la problemática mundial que compromete a la acción solidaria; un servicio inapreciable a este nuevo orden mundial; una necesidad de solidaridad con base en la coherencia, a la ciencia y a la verdad; una alternativa que ilumina el horizonte de una humanidad que sale de las tinieblas de un individualismo a ultranza que la estaba destruyendo con una involución con perspectivas de extinción.

Con la idea de abordar posteriormente algunas de estas ideas, Sólo se pretendió aquí mostrar la importancia de este documento y situarlo dentro del contexto mundial. Habría que ver también el papel protagónico que corresponde a México en el concierto mundial por su posición estratégica y la cantidad de cristianos en el país.

Se recomienda ampliamente sumergirse directamente en el texto que, sin complicadas elucubraciones, nos habla al corazón y nos invita a hermanarnos. www.vatican.va/fratelli tutti.

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