La densa nube de tierra que cubrió ayer el cielo de la Comarca Lagunera y a la que le siguió una ligera precipitación que permitió mitigar por un momento el calor extremo de la región, no tuvo nada qué ver con el polvo del Sahara ni con el día de San Juan, fecha en la que según la tradición católica, inicia la temporada de lluvias.
Más bien, este fenómeno climatológico que sorprendió a los laguneros por su intensidad, fue provocado por el sistema frontal 68.
Por alrededor de una hora se registraron fuertes vientos con rachas de hasta 79 kilómetros por hora, según la Comisión Nacional del Agua (Conagua), que por suerte no dejaron personas lesionadas, únicamente afectaciones que movilizaron a las corporaciones de auxilio y rescate de los municipios laguneros.
La tolvanera derribó decenas de árboles, postes de concreto, espectaculares, cortes de luz, así como dejó desabasto de agua potable.
El fenómeno meteorológico convirtió prácticamente el día en la noche durante unos 20 minutos, en lo que la visibilidad fue casi nula.
