En Francia, a partir de octubre de 2008 los automóviles y camiones de transporte deben llevar un chaleco de seguridad, un "gilets jaunes" (chaleco refléjate o chaleco de alta visibilidad). Gradualmente la regulación se ha extendido a motocicletas y otros medios de trasporte. Si en el vehículo no se cuenta con un chaleco de este tipo para ser usado en casos de emergencia se recibe una multa. Así, la prenda se asocia a las personas usuarias de vehículos de motor, de los cuales la gran mayoría utiliza fuentes de energía no renovables y muy contaminantes.
El actual gobierno francés tenía programada la aplicación de un impuesto ecológico a partir del primero de enero próximo. El impuesto esta planeado para desestimular el uso de medios de transporte contaminantes y para destinar, parte de lo recaudado, a implementar una transición ecológica que implica el uso de energías limpias y renovables. Si bien los impuestos en general no gozan de buena aceptación, un recargo que está orientado a reducir la contaminación y a revertir el cambio climático, así planteado, no parece sonar tan mal. En fin, todos los habitantes del planeta somos responsables del clima.
En principio pueden parecer "buenas intenciones", sin embargo, con un poco de contexto geográfico y social deja de parecerlo. Las personas que viven en las grandes ciudades son las que tienen mayor acceso a salarios altos y, al mismo tiempo, quienes no se ven obligadas a poseer un medio de trasporte propio ya que cuentan con medios de trasporte colectivo mayoritariamente suficiente y eficiente. Además, los habitantes de las principales ciudades europeas se ven beneficiados de las políticas públicas que crean infraestructura para el uso seguro de medios de transporte alternativos, como la bicicleta.
Por lo tanto, quienes pagarían en nuevo impuesto verde serían los sectores sociales de núcleos semiurbanos o rurales; porque al vivir en poblaciones pequeñas se tienen que trasladar en automóvil para acceder a servicios básicos como salud y educación. Además, el vehículo privado se convierte en una necesidad para llegar al lugar de trabajo. Como en esas zonas los salarios suelen ser más bajos, son menos las posibilidades de adquirir un auto que use energías limpias. Utilizan vehículos que acumulan años y kilometraje, es decir, que consumen y contaminan más. Así, el aumento al costo de combustible en su aplicación sería una medida discriminatoria.
Un colectivo de movimientos políticos compuesto por ecologistas y organismos de izquierda han convocando a una marcha para el próximo ocho de diciembre con la finalidad de promover la solidaridad climática. Con una visión más global que la del actual gobierno francés, la movilización invita a cambiar nuestras formas de vida y de movilidad para articular una justicia climática, fiscal, social y territorial.
Estas organizaciones, que ya se movilizaron antes para celebrar el Acuerdo de París y para denunciar los incumplimientos del mismo, coinciden con las demandas iniciales de los "gilets jaunes" ya que consideran que el alza de impuestos anunciada sería un injusticia social. Esta convocatoria servirá también para desmarcarse de los indicios de que algunas manifestaciones de los "gilets jaunes" están siendo utilizadas por la extrema derecha para desestabilizar la gestión de Emmanuel Macron.
El presidente más joven en la historia de Francia, en el año y medio al frente del gobierno ha puesto en marcha algunas medidas impopulares, por ejemplo en materia laboral y ferroviaria. En ninguna ha cedido a las presión de las manifestaciones en las calles. Sin embargo, el día de ayer se anunció que la aplicación del impuesto ecológico se retrasará unos meses, mientras se buscan medidas para atender las demandas. Victoria parcial para los "gilets jaunes". Sin embargo, el movimiento que se ha visto en las calles francesas los últimos días hace frente al modelo ecológico injusto que cada vez se implanta en más ámbitos de la vida, como parte del sistema económico imperante en el mundo que refuerza cada vez más las desigualdades.
Twitter: @davidsecular
