Derrumbe. Wall Street cerró con fuertes pérdidas, y el Dow Jones de Industriales cayó un 3,09 %, su peor descenso desde febrero. (ARCHIVO)
Wall Street vivió ayer una sesión bursátil pesimista en la que los inversores vendieron acciones en masa, lo que llevó a una importante caída de los tres índices de referencia del parqué neoyorquino, a la que los analistas, sin embargo, restaron importancia.
El Dow Jones se dejó ayer más de 830 puntos por el camino, lo que se traduce en un descenso del 3,15 por ciento, y el S&P 500 cedió un 3,29 por ciento, ambos porcentajes no vistos desde principios del pasado mes de febrero.
El golpe más duro se lo llevó, sin embargo, el Nasdaq, donde cotizan un buen número de importantes compañías tecnológicas, que bajó un 4,08 por ciento, una caída registrada por última vez en noviembre de 2016.
La jornada es una continuación de la tendencia negativa que se inició en el mercado la semana pasada como consecuencia del temor que despertó en los inversores un ascenso de la rentabilidad de la deuda pública, combinada con la posibilidad de una nueva subida de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed).
Temor porque deducen los inversores que la imposición de una política monetaria más estricta por parte del banco central estadounidense se traducirá inevitablemente en una reducción de beneficios de compañías, lo cual acabaría impactando también en el valor de las acciones.
La de ayer, sin embargo, fue una jornada especialmente mala, con una retirada cuantiosa de fondos del sector tecnológico, en el que gigantes como Amazon cayeron un 6,15 por ciento, al que se unieron Netflix, Facebook y Apple, que cedieron un 8,38 por ciento, un 4,13 por ciento y un 4,63 por ciento, respectivamente.
Los expertos explican que la mala jornada de las tecnológicas se debe a que los inversores han reaccionado ante la idea de que muchos han invertido en el mismo sector.
"Si todos están en un solo lado del barco y de repente se dan cuenta de esto, todos van a salir en desbandada", explicó un mánager de carteras de valores de Morgan Stanley, Andrew Slimmon.
Los analistas tienden a pensar que lo de hoy fue sólo algo puntual, que luego llevará a un nuevo ascenso continuado, y rechazaron la idea de que sea el inicio de una nueva etapa de declive bursátil.
