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Día Mundial del Corazón

Un latido de vida

Un día para el corazón

Un latido de vida

Un latido de vida

Junior Robles

A veces cometemos el error de pensar que “somos perfectos” o que “nada malo nos pasará”, dejando a un lado las cosas más importantes que tenemos en la vida... como nuestra salud. Un latido del corazón simboliza más que solo un proceso que realiza el organismo, es la única señal que tenemos para seguir viviendo.

Este órgano cumple un papel importante en la vitalidad del ser humano, pero seamos francos, en algunas ocasiones no le damos la atención adecuada y lo lastimamos con acciones que hacemos todos los días como estresarnos, fumar, comer alimentos grasosos o no hacer ejercicio.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades cardiovasculares (ECV) -sobre todo la cardiopatía isquémica- son las principales causas de muerte en el mundo, inclusive se pronostica que para el 2030 fallecerán cerca de 23.3 millones individuos por estas afecciones.

La OMS indicó que para evitar que esto ocurra se necesita que la población se encuentre informada sobre la importancia de cuidar su corazón. La salud cardíaca no es un tema para ignorar y menos si nos desenvolvemos en un país donde predomina el sedentarismo, las prisas y el trabajo bajo presión.

En septiembre conmemoramos el Día Mundial del Corazón con la intensión de recordar la importancia de protegerlo y prevenir alguna enfermedad cardiovascular. Pensar que “somos perfectos” o que “nada malo nos pasará” podría ser un grave error; lo ideal es cuidar la salud desde la infancia para evitar consecuencias en el futuro.

En el mundo actual, cada latido es importante y muchas personas están luchando por tener uno más...

Un día para reflexionar

La Federación Mundial del Corazón, con apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), designaron al 29 de septiembre como el Día Mundial del Corazón; una fecha para prevenir, controlar y tratar los padecimientos que puede sufrir dicho órgano.

El principal objetivo de esta conmemoración es crear entornos saludables para reducir los factores de riesgo asociados a las ECV, ya que se caracterizan por ser la primera causa de muertes en el mundo y por provocar 1.6 millones de fallecimientos al año en Latinoamérica (el 30 por ciento corresponde a personas de 30 a 69 años).

En un informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), se dio a conocer que estos fallecimientos podrían evitarse con una alimentación saludable que reduzca el consumo de sal, con ejercicio físico y evitando el consumo de tabaco.

La Federación precisa que el infarto de miocardio y el accidente cerebro vascular son los responsables de la mayoría de las muertes, con 17.5 millones de decesos por año; de ahí la importancia de tener una estrategia para reducir los factores de riesgo asociados a dichos padecimientos cardiovasculares.

Ser feliz, punto de partida

La Federación también destaca que las emociones negativas dañan gravemente al corazón, y a pesar de ello, este punto no lo tratamos con la atención adecuada. Sí, el mundo actual está lleno de prisas, decepciones y problemas; pero es importante aprender a vivir en plenitud para no tener consecuencias en el futuro. Las adversidades siempre existirán, pero nunca faltará algo que nos provoque felicidad.

Los males que vivimos repercutan en el corazón, por eso se recomienda buscar el lado positivo de las cosas para proteger nuestra salud. A veces la felicidad se encuentra en acciones muy singulares como en la risa de un niño, en una noche de pasión o en el mordisco de un chocolate.

Para librar las endorfinas del cuerpo y cuidar al corazón, diversos especialistas recomiendan una serie de actividades que todos los seres humanos deben realizar. En este mes que conmemora al corazón, sé feliz con los siguientes consejos.

• Haz ejercicio: Está de más decir que realizar una actividad física conlleva múltiples beneficios al organismo, especialmente al corazón. Practica un deporte que se adapte a ti y donde te sientas cómodo. No es necesario que te inscribas a un gimnasio, también puedes realizar actividades al aire libre o desde tu hogar. ¡Querer es poder!

• Cuidar salud emocional: Estar feliz y tener una buena salud emocional alegra al corazón. Los vínculos afectivos que tenemos con nuestra pareja, amigos y familiares mejoran la presión arterial, lo que ayuda a reducir los niveles de ansiedad, estrés y depresión.

• Disminuir el tabaco o dejar de fumar: Los productos químicos del tabaco acumulan placa en el corazón, la cual estrecha las arterias y dificulta la circulación de la sangre. Si tienes este hábito pero te cuesta dejarlo, lo ideal es consultar con un médico.

• Mantener un IMC estable: Datos de Centers for Disease Control and Prevention (CDC), indican que un índice de masa corporal óptimo es de 18.5 a 24.9. Para las mujeres la medida ideal es de 26.5.

• Comer nutritivo: Una dieta rica en frutas y verduras hará múltiples transformaciones en tu vida. Si tienes duda sobre cómo llevar una alimentación balanceada, no olvides acudir con un experto en nutrición.

• Beber poco alcohol o no hacerlo: Aunque el alcohol es un artefacto que no falta en las fiestas o reuniones, no es necesario para pasarla bien. Su consumo debe ser moderado para que reduzca la inflamación, tener niveles sanos de colesterol, mejorar la resistencia a la insulina y ayudar a que los vasos sanguíneos funcionen bien.

• Tener sexo: El sexo podría ser una de nuestras actividades favoritas, ¿y cómo no? Si su práctica, más allá del placer, funciona para disminuir estrés, quemar calorías, o solo para lucir radiante al día siguiente. ¡Tú corazón te lo agradecerá!

Asesinas silenciosas

Como se comentó anteriormente, cada latido del corazón es importante, pero es fundamental estar atento a las señales que nos brinda el organismo cuando algo no anda bien.

Es recomendable que revises tu estado de salud con más frecuencia a partir de los 40 años, debido a que a esta edad comienzan a relucir diferentes padecimientos. En ocasiones las ECV no presentan síntomas, por eso algunos las denominan “asesinas silenciosas”. Un chequeo te ayudará a prevenir consecuencias graves en el futuro como un ataque cardíaco o un derrame cerebral.

Las ECV aparecen principalmente por los depósitos de grasa que impiden que la sangre fluya en el cuerpo. El tabaquismo, las dietas altas en grasas, la obesidad, la inactividad física, el consumo nocivo del alcohol, la hipertensión arterial, la diabetes y la hiperlipidemia, son solo algunos factores de riesgo.

Recibir ayuda profesional siempre será la mejor opción para librarse de cualquier duda. Hoy en día existen diferentes pruebas para detectar una ECV; estas se realizan según las señales y los antecedentes de cada persona. En los siguientes párrafos te mostraremos las afecciones más peligrosas y sus signos de alerta. ¡Pon atención!

• Infarto Miocardio

Se debe cuando una arteria coronaria se obstruye por un coagulo que se produce tras la ruptura de una placa de ateroma (quiste sebáceo). Esto reduce el flujo de sangre a una parte corazón. Al interrumpirse la llegada de oxígeno, las células del músculo cardíaco se lesionan y mueren. El paciente puede experimentar:

1. Dolor en el centro del pecho.

2. Molestia en uno de los brazos, espalda, estómago, cuello o mandíbula.

3. Falta de aire.

4. Mareos, náuseas y sudor frío.

• Derrame cerebral:

Representa la tercera causa de muerte y la primera de incapacidad en el mundo. Existen dos formas: el isquémico, que sucede cuando una arteria se obstruye por un estrechamiento de sangre; y el hemorrágico, que trata cuando una arteria se rompe y derrama sangre en el tejido cerebral. Sus señales de alerta son:

1. Pérdida de sensibilidad repentina o parálisis del rostro, brazo o pierna, especialmente en un solo lado del cuerpo.

2. Confusión repentina o dificultad para hablar o comprender frases.

3. Dificultad repentina para ver en uno o ambos ojos.

4. Problemas para caminar, mareo o falta de equilibrio o coordinación.

5. Fuerte dolor de cabeza de aparición súbita y sin explicación aparente.

6. Visión nublada o doble visión, somnolencia y náusea o vómitos.

• Edema pulmonar

Se refiere a la acumulación anormal de líquido en los alvéolos pulmonares que produce dificultad para respirar. Cuando el corazón no es capaz de bombear de manera eficiente, la sangre se puede depositar en el tejido pulmonar. Como consecuencia, la presión de los vasos sanguíneos se eleva y el líquido es impulsado hacia los alvéolos pulmonares provocando una disminución del oxígeno que se transporta en el organismo. Al paciente se le presenta lo siguiente:

1. Dificultad para respirar al acostarse.

2. Sensación de falta de aire o asfixia.

3. Expectorar sangre o espuma con sangre.

4. Sonidos roncos, de gorgoteo o sibilantes con la respiración.

5. Dificultad para hablar en oraciones largas debido a la dificultad para respirar.

6. Disminución en el nivel de conciencia.

7. Hinchazón de las piernas.

8. Piel pálida.

9. Sudoración excesiva.

• Arritmias

Es un trastorno del ritmo cardíaco, ya sea de manera rápida o lenta. Se debe a una alteración en el origen del impulso o en la conducción de la sangre. Sus signos de alerta son:

1. Palpitaciones perceptibles en el pecho o cuello.

2. Mareos.

3. Dolor Torácico.

4. Pérdida de conciencia.

5. Disnea

(falta de aire).

• Paro cardíaco

Este suceso es uno de los más peligrosos de la lista, porque se refiere cuando el corazón deja de bombear sangre. El mecanismo más frecuente de un paro cardíaco, como consecuencia de un infarto, es una arritmia muy grave llamada fibrilación ventricular. Esta puede presentarse por la falta de oxígeno provocada por la oclusión de una arteria coronaria, provocando que el corazón deje de bombear efectivamente la sangre. Frente a un paro cardíaco, la persona afectada presenta lo siguiente:

1. Pérdida de conciencia.

2. Pérdida de respiración.

3. Pérdida de pulso.

El corazón es el órgano más importante del ser humano, sin sus funciones sería imposible disfrutar nuestra existencia. Desafortunadamente, éste puede debilitarse si no recibe cuidado y atención de forma adecuada; provocando estragos en la salud o inclusive, arrebatándonos la vida. ¡No lo descuides!

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Escrito en: corazón ECV

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