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Puede haber solución

No hagas cosas buenas...

ENRIQUE IRAZOQUI

Cada vez que llueve en la Comarca Lagunera el clamor es similar: urge la construcción de un drenaje pluvial para evitar las inundaciones. Luego pasan los días, las semanas y poco a poco la queja generalizada empieza a ser desplazada por algún otro tema que surja en la agenda pública para terminar por desaparecer por completo.

La construcción de un drenaje pluvial o sanitario, tiene la enorme inconveniencia de su poca rentabilidad política para quienes se atrevieran a construirlo, ya que razones obvias al ser una obra casi por completo enterrada y que sólo se utiliza en los días muy lluviosos, poca abona al capital político del alcalde o gobernador en funciones. Esta es una de las razones fundamentales por las que sencillamente no se hacen.

Sin embargo, sin temor a equivocarme, Torreón en esta ocasión sufrió inundaciones sin precedentes en las últimas décadas. Enormes áreas residenciales fueron cubiertas por las aguas estancadas que se acumularon debido a la incapacidad del drenaje ordinario a siquiera parcialmente desfogar los volúmenes recibidos por los chubascos. Aunado a estas inundaciones generalizadas en las colonias de sur, sur-oriente de la ciudad, cruceros de todos sabidos que suelen convertirse en lagunas volvieron a cubrirse de agua haciéndolos intransitables, como es el crucero de periférico y antigua carretera a San Pedro, donde se halla la estatua del campesino, o el cruce de bulevar Revolución y Diagonal Reforma con Saltillo 400, donde no obstante el alcalde en marzo pasado había informado que se llevaron labores de limpieza en ese lugar, de nada esto sirvió para evitar la gran inundación del área.

La lista puede seguir y seguir, se puede incluso dejar en segundo término que vialidades principales se volvieran intransitables por las lluvias, lo gravísimo fue el daño de miles de familias que al tener sus hogares en las áreas inundables, causó el agua estancada que ingreso en algunos casos hasta 50 centímetros dentro de sus casas, dañando severamente el patrimonio familiar de muchos. Refrigeradores, salas, comedores, cocinas. La inundación también afectó a la industria y al comercio, lo que además del daño inmediato a bienes por el agua, hay que agregarle las pérdidas económicas que trae consigo la destrucción de equipos de trabajo de las fábricas y los almacenamientos del comercio. No es poca cosa.

Y aun hay más consecuencias. La inundación sacó de la cañerías el agua puerca que ahí por su naturaleza circula, pero debido a las condiciones precarias en las que se encuentra el sistema sanitario de desagüe, así que además de la destrucción que por naturaliza trae que el agua invada las casas, no hace falta pensar mucho lo que agrava que además las aguas de lluvia vengan revueltas con las del drenaje. De los insalubre que eso significa, estamos pasando ya a lo indigno en términos de humanidad.

Ante todo ello, las autoridades tanto estatales como municipales se abocaron en los días de plena contingencia a hacerse presentes en distintas áreas de la ciudad para socorrer o al menos acompañar a las familias que vivían con desconsuelo el daño que las lluvias causó a sus viviendas.

Al día de hoy, se puede decir que los aniegos generales ahora se han reducido a sitios puntuales, y ya se empieza discutir en distintas arenas ahora sí entrarle a construir un drenaje pluvial.

Por lo pronto, el alcalde Jorge Zermeño ha ordenado un estudio detallado de cuál es la situación real de la ciudad en cuanto a áreas de riesgo, posibles soluciones de construcción de drenaje pluvial y la situación del drenaje sanitario. Fiel a su estilo, aunque aclarando que no trata de inculpar a nadie, el presidente municipal habla que desde hace dos años se tiene etiquetados 50 millones de pesos para un drenaje por el área de Mieleras y nada se ha hecho. El Secretario de Obras Públicas del Estado, Gerardo Berlanga le revira y dice que no se ha construido porque las áreas de particulares deben ceder al municipio no han sido debidamente documentadas, además en su opinión, no es el drenaje pluvial la primera prioridad en atender, sino el sanitario que en Torreón tiene muchas áreas totalmente colapsadas y que eso generó en mucho, la gravedad de la inundación que acabamos de vivir

De este tema del sanitario se había ya hablado hace tiempo y un cálculo es que su reparación rondaba los 3 mil millones de pesos, cifra que necesariamente se tenga que recurrir a la federación para en su caso poder fondearla. Es imposible que el municipio junto al gobierno del Estado la lleven a cabo, simplemente no alcanza. Pero hay una condición sin precedente política que pudiera dar una luz. Además del alcalde que por razones obvias es de Torreón, el mismísimo gobernador y el secretario Berlanga son del mismo terruño, y si eso agregamos a Reyes Flores, próximo súper delegado del próximo Gobierno de la República también es de acá, todos conocen el problema de primera mano y si hay voluntad, se podría solucionar un problema serio como es el drenaje sanitario y evitar que miles de laguneros en el futuro vean perder su patrimonio por inundaciones que vienen revueltas con la inmundicia del caño. La solución si hay responsabilidad, la pueden encontrar Riquelme, Zermeño y Flores.

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