¿Es perfecta la administración municipal actual solamente porque emana del PAN?, ¿este año ya no es responsabilidad del alcalde la falta de un plan general de drenaje?, ¿por qué no se le demanda a la actual administración que deje de hacer obras de ornato y atienda las obras de primera necesidad?, ¿ya se declinó la actitud de ser críticos con el uso de poder público a nivel municipal?, ¿dónde está ahora esa ciudadanía crítica?
Justo en medio de las inundaciones provocadas por la falta de gestión eficiente del agua de las lluvias en septiembre del año pasado, un ciudadano con cámara de video en mano cuestionó al entonteces alcalde Miguel Riquelme por la falta de un plan por parte de la administración local que evite los daños. La afectación que han sufrido cientos de damnificados en Torreón no se origina en la falta de capacidad de respuesta de la administración pasada. ¿Y si el alcalde de hace veinte años hubiera iniciado un proyecto pensando en el futuro de la ciudad hoy tendríamos damnificados?
Se corre el peligro de simplificar la explicación de los problemas de la ciudadanía al concentrar toda la crítica sobre un partido político o personaje (PRI). Se elige esta figura que se caracteriza como "el problema" o "el mal" y así se dificulta observar otras áreas que necesitan ser atendidas. Se impide -o no se quiere ver- que otros actores de la política tradicional también son parte del problema. El partido en cuestión no da muestra de erradicar las formas opacas y autoritarias de ejercer el poder. Así las cosas, no sería una mejora que regresara en la siguiente elección. Pero si la actual administración continúa con la tendencia mostrada hasta ahora, repitiendo las prácticas del priismo, le ayuda a regresar.
No se trata de atacar a personas o de hacer campañas negativas en contra de ciudadanos en concreto. Uno de los peores errores es llevar el sentido crítico a nivel personal. Es necesario que se realice un diálogo crítico sobre el uso y las prácticas de aquello que se llama sociedad civil organizada. No es necesario eliminar a las personas, ni se pretende. No se trata de seguir siendo una ciudadanía quejosa, sino de elevar el nivel de sentido crítico del espacio público y rendición de cuentas de la administración municipal.
Por lo tanto, es necesario eliminar las prácticas de solapar las negligencias o falta de eficacia de la administración por la que voté o promoví el voto en su favor, es necesario dejar de considerar que el silencio obsequioso es necesario para no "dañar" a una administración amigable con los intereses de agendas ciudadanas. Torreón no deja de ser una ciudad chica, de personajes repetitivos como muestra de que siguen aún muy cerrados los accesos a la participación efectiva en la toma de decisiones a nivel local.
Pasará el tiempo de la presente administración local y en las siguientes elecciones ganará el mismo partido u otro. Pero muy seguramente los actores locales seguirán siendo los mismos. "Administraciones" van y vienen. La ciudadanía no. Un sector privilegiado de la ciudadanía puede tener movilidad, puede transitar de un activismo que convoca a acciones para visibilizar las limitaciones de una administración a luego formar parte de una. Cualquiera que sea el caso, es necesario que independientemente del lugar donde se pueda ubicar la ciudadanía no se pierda el sentido crítico. Eso lo necesitamos para el beneficio de todas las personas que forman parte de una ciudad.
Urge promover la autocrítica dentro de la administración municipal. Si un actual funcionario público que hace bien su trabajo además puede ayudar a mejorar la administración a través de la demanda de rectificaciones y del señalamiento de problemas. ¿No puede una persona que trabaja en una administración realizar un ejercicio crítico del periodo administrativo del que es parte? ¿Si lo hace lo reprenden? ¿Puede perder su trabajo? De ser así, la administración actual no se distanciaría mucho de los funcionarios priistas que solicitan aplausos.
Twitter: @davidsecular
