El NAIM: Un gran dilema
Expertos en diferentes disciplinas han opinado acerca de la conveniencia o inconveniencia de la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, en la región del antiguo lago de Texcoco, Atenco y Ecatepec donde miles de toneladas de piedra se han vaciado para rellenar y apisonar el área; y las obras, en lo general llevan un avance del 30%, y hasta diciembre de 2017 se han gastado 127 mil millones de pesos del erario público en 292 contratos a empresas privadas, asignados sin licitación; opacidad que impide saber con certeza el monto total que habrá de pagarse a todos lo voraces contratistas extranjeros y nacionales, incluyendo al grupo Carso de Slim y al Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México.
240 ó 300 mil millones de pesos no son una minucia que habrán de pagarse al término de esta obra necesaria, pero suntuaria, que de resultar funcional, debido a su ubicación, se prevé un mantenimiento costoso y permanente, lo que significaría el encarecimiento no sólo en las tarifas, sino en el desvío de recursos públicos a ese rubro, con el riesgo implícito de sacrificar otras prioridades del Gobierno federal a favor del pueblo; y cuando digo “pueblo”, me refiero a la gente común, los obreros, los jornaleros, la gente de a pie, incluso a los de la clase media, quien por obra y gracia del presidente Peña están cooperando sin su consentimiento en la construcción del NAIM, mediante el aumento de 124% en las tarifas en vuelos internacionales, (TUA, Tarifa de Uso de Aeropuerto), en las que un porcentaje se destina al megaproyecto del NAIM.
En manzana de la discordia se ha convertido para tirios y troyanos esta megaobra de la que se habla en México y en el extranjero, y en la que la opinión de los expertos está dividida, y ahora el presidente electo AMLO quiere poner a consideración del pueblo “sabio” la continuación o la suspensión de la obra.
Se le olvida a AMLO que no hay sabio que sepa todo, ni ignorante que ignore todo, y que hay asuntos de carácter técnico y de perfiles económicos que solamente los expertos pueden hacer valer su opinión con argumentos contundentes; ergo, la participación ciudadana mediante foros de consulta y encuestas por internet serán mera ficción, en cuanto a calidad de respuesta; dispendio de recursos, desperdicio de tiempo, dinero y esfuerzo; mejor sería decidir en base a la opinión mayoritaria de un grupo especial conformado por destacados economistas, exitosos empresarios, geólogos, arquitectos, ingenieros, geógrafos, antropólogos, sociólogos, medioambientalistas y representantes de organizaciones sociales no sólo de las zonas afectadas como la del Frente de Pueblo en defensa de la tierras (FPDT) de San salvador Atenco, sino de todo México, pues todos los mexicanos resultaremos afectados en nuestra economía, aunque nunca usemos el aeropuerto.
Los opositores a la construcción del NAIM arguyen entre otras cosas: la destrucción del medio ambiente y afectación a la cultura rural de Texcoco y pueblos aledaños, destrucción de vestigios ecológicos, afectación a los mantos freáticos, profundos, construcción de vialidades privatizadas, desvío de miles de millones a OHL, Slim y otras empresas corruptas, aumento de la contaminación por liberación anual de dos millones de toneladas de Dióxido de carbono.
Para muchos favorecidos por el gobierno saliente, con AMLO les cayó el chahuistle, pero la verdad es que a México le vino el chahuistle desde del gobierno salinista y ahora la fumigación lopezobradorista causa desazón. Todo cae por su propio peso, ¿no cree usted?
Héctor García Pérez
Comarca Lagunera
