Columnas Social

La columna del perro

M.V.Z. MIGUEL DÁVILA DÁVILA

UNA CADENA DE AMIGOS

Hace algún tiempo, trajeron a la consulta un perro con manchas blancas y negras de tamaño mediano que presentaba varias heridas de consideración en la cara, en el cuello y en la pata delantera derecha con desprendimiento casi total en uno de los dedos. La persona que lo llevó a curar las heridas, me comentaba, no es mío, pero en el mercado (Alianza) todos lo queremos y le damos de comer, por eso como lo vi cojeando y con sangre me acomedí a traerlo a curar, me platicaba que un amigo suyo que tenía un negocio a la vuelta de donde estaba él, le platicó que el perro tuvo una pelea, que al parecer anda una perra en celo por ahí y los perros se pelean por ello... y al "pinto", porque así lo conocemos todos a este perro, lo agarraron entre otros tres contendientes y miré cómo le fue, "como en feria".

Mientras me platicaba esta buena persona, le administré por vía intravenosa un tranquilizante, para que se fuera relajado, y después de quince minutos, empezó a estar tranquilo y un poco "adormilado", empecé a limpiar las heridas y le dije: "este dedo casi desprendido, es mejor amputarlo", ni modo me contestó, lo que sea mejor para el "pinto", si viera que a todos nos cae muy bien, desde muy temprano que llegamos nos recibe ladrando muy alegre moviendo la cola y va de un puesto a otro, como si quisiera saludarnos a todos.

Le respondí… bueno, pues el "pinto" se queda aquí, ya que voy a anestesiarlo totalmente, para limpiar las heridas más a fondo y "quitarle el dedito", que tiene casi desprendido.

Mañana llámeme por teléfono y le digo cómo amaneció el paciente y cuál será el procedimiento a seguir. Todo salió muy bien, al otro día despertó y estaba de muy buen humor, al recibir yo la llamada de su dueño le dije… puede pasar en la tarde por él.

Así fue, por la tarde pasaron por él, y por un tiempo largo no volví a saber de él. Meses después, recibí una llamada de una persona amante de los perros que me explicaba que había un perro en la puerta de su casa que se veía muy herido debido a múltiples mordidas, pues se habían peleado con otros perros por una perra en celo, quedé de pasar por él y lo convencí de que aunque no fuera de él, lo mejor sería esterilizarlo, ya que de todos modos tenemos que dormirlo para hacerle las curaciones, aprovechando esto para esterilizarlo, a lo cual accedió y estuvo completamente de acuerdo, ya que así no continuaría peleándose por las perras.

Cuál no sería mi sorpresa, pues era el "pinto", el mismo perro que meses atrás le había curado las heridas debido a otro pleito, pero en esta ocasión, lo recogí por el rumbo de la Alameda, y la vez anterior lo llevaron de por el rumbo de la Alianza. En esta ocasión, el dueño del "pinto" me decía: este perrito viene aquí de cuando en cuando, algunos vecinos y yo le damos agua y comida, ya que es muy amigable con todos los vecinos.

No cabe duda que el "pinto", como muchos otros perros, tienen una cadena o más bien una ruta larga llena de amigos, le sugerí al dueño actual que por qué no le hacía el favor completo y lo adoptara una vez que se le acabaran de hacer las curaciones y se esterilizara.

Lo pensó y después me llamó por teléfono y me dijo "sí", ya platiqué con mi esposa y él se queda con nosotros. De vez en cuando paso por su casa y veo al "pinto" y a su dueño, quien lo saca a pasear con su correa… muy contentos los dos, pensando que los dos salieron ganando un nuevo amigo.

Y ahora, para terminar, una gota de filosofía: SI LA OPORTUNIDAD NO LLAMA, CONSTRUYE UNA PUERTA.

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