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LA IMPORTANCIA DE LA AUTOIMAGEN

Probablemente, en varias circunstancias sociales nos hemos encontrado en situaciones donde la toma de fotografías y videos con los amigos es parte del protocolo. Fotografías que frecuentemente son presentadas en las redes sociales y que una gran cantidad de personas las van a observar, comentar, y por supuesto, criticar. Muchas de ellas son exhibidas con orgullo y satisfacción, pero otras crean incomodidad porque no agradó cómo resultaron las fotografías, o la impresión que otros puedan tener debido a la apariencia física de los fotografiados. El grado de esa satisfacción o insatisfacción depende en gran parte de la percepción que tenemos de nosotros mismos, es decir, de nuestra imagen personal.

Todos tenemos una especie de fotografía mental que nos permite describirnos y juzgarnos a nosotros mismos con respecto a como nos vemos físicamente y mentalmente, por ejemplo, nuestros rasgos faciales, el color de nuestro pelo, nuestra altura, nuestro peso, cambios normales debido a la edad, nuestra inteligencia, nuestra personalidad, etc. A este concepto le llamamos autoimagen, y su importancia reside en que nos da una idea de lo que pensamos de nosotros mismos, lo que otros piensan de nosotros, y el impacto que este concepto tiene en nuestro carácter, nuestras relaciones interpersonales, y en general, nuestro bienestar psicológico o salud mental.

La autoimagen es un especie de esquema o representación gráfica sobre nuestra persona que nos permite definirnos e identificarnos, y consecuentemente, condiciona nuestro comportamiento. La autoimagen define el tipo de persona que somos, y permanece en nuestras mentes por un período largo, a menos que por alguna razón decidimos modificarla de manera consciente y con la intención de mejorarla. Es un producto de lo que aprendemos desde edad temprana y está directamente relacionada a la influencia que recibimos de nuestros padres, y/o las personas con quienes estuvimos relacionados durante nuestro desarrollo psicológico, por ejemplo, familiares, maestros, amistades, y nuestro medio ambiente en general. Si la transmisión de esas impresiones con respecto al niño o adolescente fueron realistas y positivas, probablemente resultarán en una autoimagen razonablemente saludable.

Por otro lado, si las impresiones fueron críticas negativas, por ejemplo, humillaciones, acoso, o burlas sobre su apariencia física, lo mas probable es que la persona desarrolle una autoimagen pobre o débil, y posiblemente, ciertas dificultades para desempeñar habilidades sociales estables. Los adolescentes en particular son vulnerables a desarrollar una autoimagen corporal deficiente o autoestima débil.

Una autoimagen realista y positiva nos permite reconocer nuestras cualidades y potencial, así como también nuestros defectos y debilidades, mientras que una autoimagen negativa nos conduce a centrarnos tanto en nuestras limitaciones al grado de que las exageramos y distorsionamos, afectándonos en nuestro funcionamiento social. Por ejemplo, ciertas personalidades perfeccionistas con expectativas muy altas de logro parecen ser mas predispuestas a tener una autoimagen negativa, y por lo mismo, su nivel de frustración es alto. Existen casos de personas que sufren problemas de autoimagen debido a sentimientos de vergüenza, pesimismo, culpa o depresión después de haber sido victimas de ataque físico o violación.

Otro aspecto generador de autoimagen negativa son las expectativas sociales hacia la belleza, delgadez y percepción de envejecimiento. De acuerdo a la publicación Forbes de México (marzo 2017), en México se está viviendo una obsesión por el aspecto físico, ya que tiene mucha influencia en la obtención de buenos empleos o mejoramiento salarial y aceptación social en general. De ahí la tendencia al uso de cosméticos con cierto exceso, el ejercicio extremo o la necesidad de modificar la apariencia por medio de cirugía.

También, existen situaciones patológicas en donde una persona se puede desconectar de la realidad con respecto a su autoimagen. Me refiero a las conductas diagnosticadas como Trastorno Dismórfico Corporal. El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales 5 (2013) define esta condición como una preocupación extrema relacionada a defectos de apariencia, imaginados o reales, en donde la persona se siente fea, anormal o deforme y causa deterioro en su funcionamiento social, laboral y relaciones interpersonales. Esa autoimagen negativa sobre la apariencia de su cuerpo no le permite ir a trabajar o a la escuela o salir a la calle. Estas personas por supuesto necesitan ser evaluadas y tratadas por un psicólogo y/o psiquiatra en caso que haya necesidad de medicamentos.

Lo que somos está determinado en gran parte por nuestra autoimagen, y por lo mismo, es muy importante en nuestras relaciones interpersonales y nuestra calidad de vida. Todos tenemos defectos y deficiencias, así como también cualidades positivas. Igualmente, todos tenemos cierto grado de percepciones erróneas sobre nuestra apariencia física, las cuales necesitamos confrontar. Compararnos con otros mas sobresalientes que nosotros generalmente no es productivo, por lo tanto, aceptemos como somos e intentemos sentirnos cómodos con nuestra apariencia. Si no nos gusta esa apariencia, localicemos las áreas donde necesitamos mejorar y trabajemos duro algo para lograrlo. Gracias por su atención a este artículo.

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  Por: Mtro. Francisco Pineda

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