EL TLP predominan en contextos sociales y personales moduladas desde la infancia a la etapa adulta. (ARCHIVO)
El Trastorno límite de la personalidad o borderline, es conocido como un cuadro clínico ligado a una gran cantidad de síntomas que lo convierte en una caso de inflación, tan sólo en Torreón, existen 623 personas a quienes les fue diagnosticado en el 2017, según los datos que revela la Secretaria de Salud.
El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales de La Asociación Estadounidense de Psiquiatría, ha unificado los criterios que facilitan un lenguaje entendible sobre el caso de TLP, disecciona los criterios diagnósticos del trastorno que predominan en contextos sociales y personales moduladas desde la infancia a la etapa adulta, y que quizá todos esos llevan al paciente a una complicación o dificultad de relación con los demás e incluso consigo mismo, que es como “un patrón general de inestabilidad en relaciones interpersonales, la autoimagen y la afectividad”.
Estos son los criterios que complican o impiden la relación con los demás o consigo mismos:
Sociales
-Esfuerzos en evitar abandono
-Relaciones interpersonales inestables e intensas con alternancia entre idealización y devaluación
-Alteración de identidad
-Inestabilidad afectiva debido a una gran reactividad
-Sentimientos crónicos de vacío
-Ideas paranoides o síntomas disociativos transitorios relaciones con el estrés
Personalidad
-Impulsividad
-Conducta o ideación suicida automutilante
-Ira inapropiada
-Observación
Este patrón se extiende a una amplia gama de situaciones personales y sociales que generan malestar clínicamente significativo y/o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la vida del individuo.
Por definición, un trastorno de la personalidad es un patrón persistente de formas de pensar, sentir y comportarse que es relativamente estable a lo largo del tiempo. Algunos tipos de trastornos de la personalidad (especialmente los trastornos antisocial y límite de la personalidad) tienden a atenuarse o a remitir con la edad, lo que no parece ser el caso en algunos otros tipos, por ejemplo: trastornos obsesivo-compulsivo y esquizotípico de la personalidad.
Un plan de tratamiento típico y completo incluye psicoterapia, medicación y apoyo familiar.
