Despilfarro irresponsable
No cabe duda, Enrique Peña Nieto ha sido hasta hoy el presidente más irresponsable que México ha tenido. Imprudente, inconsciente, irreflexivo, corrupto, deshonesto, simulador, mentiroso e inescrupuloso y decenas de adjetivos más que le quedan, cual si fuesen epítetos.
¡No lo va a creer! ¡Peña Nieto lo volvió a hacer! ¡Qué descaro! ¡Qué sinvergüenza! ¡Qué irresponsable! ¡Es el colmo! Con su administración, la deuda pública creció a niveles nunca antes vistos y todavía acaba de pedir 10 mil millones de dólares, según la agencia de noticias Reuters, quien al parecer, el motivo de esa emisión de deuda es para “propósitos generales del gobierno, incluyendo refinanciación, recompra o retiro de endeudamiento local o externo”, o sea para su cartera y la de sus compinches. Eso de veras es no tener principios éticos, ni morales ni tampoco valores cívicos.
En lo que va de su sexenio, la deuda pasó del 33.8% a 46.4 % del PIB, al cierre de 2017, debido a un exceso de gasto en relación con lo que recauda, según sinembargo.mx
¿A dónde ha ido tanto dinero? Según especialistas en finanzas públicas, muchos millones se han canalizado a algunos gobernadores, supuestamente a través de recursos federales enviados a entidades; otros miles de millones más se diluyeron en programas asistencialistas, llegando a ese propósito sólo una parte, la otra quedó en los bolsillos de funcionarios y burócratas de las diferentes instancias de las dependencias federales o gubernamentales; y otra buena parte quedó en licitaciones no concluidas; en otras palabras: La administración priista de Peña Nieto, superó con mucho a las administraciones panistas que le precedieron.
Ahora bien, si la deuda pública creció desmesuradamente y los ingresos también aumentaron de manera considerable, podríamos suponer lógicamente que hubo gasto en inversión, en programas de infraestructura, en mejora de servicios: educación, salud, carreteras, seguridad pública, etc. ¡Pero no! Todo se fue a las cuentas bancarias de los funcionarios de primer nivel, incluyendo a gobernadores, sobre todo priistas.
Peña Nieto tuvo tres secretarios de Hacienda: Luis Videgaray, José Antonio Meade y José Antonio González Anaya; de éstos tres, fue el primero, Videgaray, el propietario de la casa de Malinalco, adquirida bajo tráfico de influencias con una filial del Grupo Higa, con un préstamo a tasa preferencial del 5.31 por ciento, mientras la banca mexicana tenía una tasa promedio de 12.17%; una casa con jardín de mil 194 metros cuadrados; sí, él fue quien subió más la deuda. Además, no olvidemos la estafa maestra, y los desvíos millonarios de gobernadores priistas Javier Duarte, Roberto Borge y muchos otros priistas que han robado al erario público.
La administración peñanietista ha sido extraordinariamente mala, y lo peor es que no fue por ignorancia, sino con dolo, con propósitos deliberados de quebrar al país, de endeudarlo al máximo, de saquearlo, sin importarles el bien común. La deuda pública está al tope, creció un cien por ciento de cómo la dejó Calderón; los ingresos apenas alcanzan para pagar los intereses ¿Y todavía la aumenta con 10 mil millones de dólares más?
Los gobiernos priistas, igual que los panistas, en los últimos 30 años han sido nefastos ¡Y todavía hay ciudadanos comunes (sin cargo público) que le aplauden al PRI!, pero… “No tiene la culpa el indio, sino del que lo hace compadre” ¿o no?
Héctor García Pérez
Comarca Lagunera
