En la ASF, un reacomodo a modo
No podía quedar impune el trabajo de Muna Dora Buchahin, cómo iba a ser posible que pusiera al descubierto el esquema de la estafa maestra en la que estuvieron involucrados altos funcionarios, rectores de prestigiadas universidades y otros corruptos más que sirvieron como prestanombres de empresas fantasmas. Su cese era inminente; y si no fue antes fue por simulación. Si este bastión de la antidemocracia, aunque sin dientes, estaba haciendo señalamientos puntuales previa investigación de hechos, había que frenarlo; y así fue, o mejor dicho así se está haciendo, empezando con el despido de la auditora que puso el dedo en la llaga, luego le han seguido otros dos: Salim Orci Magaña y Javier Pérez Savedra.
Y no es que la Auditoría Superior de la Federación, una de las instituciones más importantes en el combate a la corrupción, haya nacido defectuosa, pues la realidad es que estaba trabajando bien, hasta la llegada del nuevo titular David Colmenares Páramo, fruto del priismo más acendrado, con todo lo impuro, sucio y manchado que hoy por hoy esto implica; y que fue impuesto por el Congreso para desmantelar la institución que tanto “daño” ha hecho a México; si se puede decir daño a la información veraz y oportuna de un trabajo de auditoría profesional que señala con índice de fuego a los funcionarios corruptos.
Queda claro que si la cabeza de la institución es buena, bueno será el cuerpo; y viceversa, con mala cabeza, cuerpo desarticulado. David Colmenares fue puesto como titular con una misión: Desmantelar este bastión anticorrupción, por así convenir a los intereses del PRI-gobierno; si no, ¿cómo explicar que haya sido elegido el único que tiene un largo historial priista y haya trabajado bajo las órdenes de José Antonio Meade como jefe de Coordinación de Entidades Federativas?; y por si fuera poco, su elección no fue democrática en cuanto que los Coordinadores de la Cámara acordaron que no hubiera debate previo a la votación. Por lo que se podría afirmar que ahora el PRI y sus partidos satélites tienen en la ASF un auditor carnal durante los próximos ocho años. Así las cosas, ¿cree usted que los involucrados en el caso Odebrecht, en el siguiente sexenio sean vinculados a proceso?; con todo respeto, lo dudo.
Cabe aclarar que no ha sido sólo la ASF la que ha sido afectada en sus funciones para lo cual fue creada, recuerde usted que en México carecemos de un Titular de la Procuraduría General de la República dese hace varios meses, y que la Fepade, dependiente de la PGR, fue decapitada porque amenazaba con exhibir a uno de los compinches de Peña Nieto: Emilio Lozoya Austin, ex director de Pemex; a quien no le llegará la justicia, al menos durante ocho años, pues en lugar de su acusador Santiago Nieto Castillo, el pleno del Senado de la República nombró a Héctor Marcos Díaz Santana Castaños, de quien se espera un desempeño profesional ético, expedito y sobre todo imparcial. ¿Será? Eso lo veremos en las resoluciones que tendrá que hacer a partir del siguiente día de las elecciones en que le lloverán impugnaciones.
Mientras en México, la justicia no recomponga su imagen, no haya igualdad de género, no se combata la impunidad, no se integren debidamente los expedientes de criminales, no se agilicen los procesos y los jueces no se desliguen de los partidos políticos que les otorgaron el puesto de poder, pagado exorbitantemente con nuestros impuestos, seguiremos igual o peor que ahora. Sin ética, mal harían los jueces y magistrados: morder la mano de quien los alimenta.
Héctor García Pérez
Comarca Lagunera
