El escritor mexicano José María Pérez Gay es recordado, a cinco años de su muerte, por ser un promotor de la cultura, pensador, ensayista y diplomático, capaz de introducir al público a mundos diferentes y sugerentes.
Fue un intelectual considerado excéntrico, cuyos temas, autores y tratamientos fueron singulares alejados de las tendencias predominantes, de los usos y costumbres consagrados.
Este poeta obtuvo el Premio Nacional de Periodismo en Divulgación Cultural en 1996; el gobierno de Austria lo distinguió con la Cruz de Honor para las Ciencias y las Artes, y el gobierno de Alemania le confirió la Orden de la Gran Cruz al Mérito.
Pérez Gay nació en la Ciudad de México el 15 de febrero de 1944; concluyó la licenciatura en Ciencias y Técnicas de la Información en la Universidad Iberoamericana. Obtuvo un doctorado en filosofía germana en la Universidad Libre de Berlín. Vivió durante 15 años en Alemania.
Fue traductor al español de Goethe, Thomas Mann, Franz Kafka, Karl Kraus, Hermann Broch, Walter Benjamín, Jurgen Habermas, Theodor W. Adorno, Elias Canetti y Hans Magnus Enzensberger, por citar algunos. El propio Pérez Gay reconoció en diversas entrevistas que Mann y Kant fueron dos de sus grandes influencias.
En 1966, como estudiante, tuvo la oportunidad de conocer personalmente al poeta alemán Paul Celan, a quien traduciría al español.
"Quise ser poeta, nunca lo logré, pero a cambio de eso me he recompensado con la memoria", declaró el fallecido escritor para la serie Palabra empeñada, realizada por Jaime Kuri y Claudio Isaac, recientemente transmitido por TV UNAM.
Fue autor de El imperio perdido Hermann Broch, una pasión desdichada, El Príncipe y sus guerrilleros: la destrucción de Camboya, La supremacía de los abismos, La difícil costumbre de estar lejos y Tu nombre en el silencio, entre otros títulos.
Su estancia en Alemania también estuvo ligada al principio de su vida diplomática, ya que fue agregado cultural de la Embajada de México en la República Federal Alemana; años después sería consejero cultural en las embajadas de México en Austria y Francia, así como embajador de México en Portugal (2001-2003).
De nuevo en nuestro país impartió clases en los posgrados de la UNAM, el ITAM y El Colegio de México. Según el portal Aristegui Noticias, fue subdirector de Radio Educación y le fue otorgada, temporalmente, la dirección del suplemento cultural de La Jornada.
Colaboró en el suplemento La cultura en México, además de ser miembro del consejo editorial de la revista Nexos, y director fundador del Canal 22, en 2003, donde administró para un clan de afinidades ideológicas.
Recibió el Premio Nacional de Periodismo en Divulgación Cultural en 1996; el gobierno de la República Federal de Alemania le otorgó la Orden de la Gran Cruz al Mérito (1992), en tanto que el gobierno de la República de Austria lo distinguió con la Cruz de Honor para las Ciencias y las Artes, Primera Clase (1996).
El promotor cultural, pensador, ensayista y diplomático falleció la madrugada del domingo 26 de mayo de 2013.
