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A SEIS MESES PARA EL CAMBIO DE GOBIERNO, ¿CÓMO VAMOS?

MAURICIO MILLÁN

Faltan menos de 200 días para que el nuevo Gobierno federal tome posesión el próximo 1 de diciembre. Con la cuenta regresiva y en un año marcado por la incertidumbre derivada de los vaivenes de la política exterior y el proceso electoral, es meritorio preguntarse ¿cómo vamos en los principales referentes económicos?

La economía mexicana creció, corregido por estacionalidad y efectos de calendario, 2.4% anual durante el primer trimestre de 2018. El sector primario creció más (5.1%), el terciario creció 3.1 por ciento mientras que el industrial permaneció sin crecimiento.

En materia de comercio exterior, ya se cuenta con la renegociación del TLCUEM que entrará en vigor en 2020 y permitirá la liberalización de bienes agroalimentarios -86% del total de los productos mexicanos- y servicios electrónicos, el reforzamiento de las políticas de propiedad intelectual mediante las Indicaciones Geográficas, la acumulación de las reglas de origen del sector automotriz, entre otros. Adicionalmente, México ratificó el CPTPP lo que permitirá que 90% de las mercancías mexicanas tengan acceso libre e inmediato a los mercados de los países firmantes. No obstante, la renegociación del TLCAN se aplazó para 2019 y con ello una incertidumbre derivada de los cambios en el congreso de Estados Unidos y México, así como en la Administración Federal en nuestro país.

Por otro lado, la inflación anual retrocedió a 4.55% lo que permitió que el Banco de México mantuviera el nivel de la tasa de interés objetivo en 7.5% debido a una tendencia de reducción de la inflación. No obstante, el tipo de cambio del peso mexicano tuvo una fuerte tendencia de depreciación durante abril y lo que va de mayo.

La divisa nacional inició el año en 19.37 pesos por dólar, mientras que a finales de marzo logró avanzar hasta 18.29 pesos por dólar; sin embargo, desde ese punto la moneda mexicana tuvo una depreciación hasta el 18 de mayo mayor a un peso en un sólo mes para colocarse en 19.93 pesos por dólar.

Tomando como punto de partida estos indicadores, se puede realizar un análisis oportuno. En materia de crecimiento, es prioritario atender el estancamiento industrial y su afectación en el crecimiento potencial de largo plazo mediante el fomento a la inversión en infraestructura tanto en el sector público como privado, así como la continuidad de las reformas, principalmente la energética, que dé respuesta al atraso en materia de extracción de hidrocarburos así como la formalización de los mercados energéticos en materia de gasolinas, gas LP y natural y el de electricidad.

Sin duda, la política de comercio exterior ha logrado avances significativos en la renovación de los tratados y con ello en la diversificación del destino de mercancías; sin embargo, debe venir acompañada de una política industrial y de fomento al empleo formal y altamente capacitado que fortalezca nuestra industria nacional como la agroalimentaria, la automotriz, de electrónicos y la textil tan sólo por mencionar algunos ejemplos.

En precios, la tendencia que ha mostrado la inflación de convergir al objetivo de inflación es sin duda un avance lo que muestra certidumbre en la confianza del consumidor; sin embargo, la alta volatilidad del tipo de cambio como contingente puede conllevar a nuevas presiones inflacionarias que de momento no ha mostrado de lleno la incertidumbre por el curso de la campaña presidencial.

En los próximos días, los mexicanos viviremos un ambiente de volatilidad como consecuencia del proceso electoral y que ha sido visto en los tres años de elecciones presidenciales anteriores -2000, 2006 y 2012-, efecto que suele incidir mayormente en la paridad cambiaria en junio, es decir, un mes antes de la jornada electoral.

Ante este contexto, el gran reto para la próxima administración será la relación bilateral con Estados Unidos y la conciliación de objetivos en común en las agendas migratoria, de seguridad en las fronteras, y desde luego la comercial con los trabajos de renegociación del TLCAN. Asimismo, debemos prepararnos con una visión de largo plazo para ser competitivos en sectores estratégicos que requieren de mano de obra altamente calificada y empleos mejor pagados.

Este comentario servirá de antesala para analizar, en su próxima edición, más a detalle las propuestas que los candidatos a la presidencia de México abordaron en materia migratoria, de seguridad transfronteriza y política comercial y de inversiones en el debate del pasado 20 de mayo, tema que abordaremos próximamente.

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