Todavía con los efectos del coraje que teníamos en el minuto 10 del pasado domingo donde era evidente de la artimaña que tenía preparada Jorge Antonio Pérez y sus secuaces, en este día para Santos Laguna, se le presentan, por lo menos, 90 de 180 minutos disponibles de una oportunidad de poder canjear la historia cuando se enfrenta al que, en una ocasión, era su hermano mayor porque, independientemente de las dos finales perdidas en contra de los Diablos Rojos, la única ocasión que recuerdo cuando los Guerreros dejaron en el camino al conjunto de la capital del Estado de México, fue en la temporada del primer sub-campeonato en la campaña 1993-94 una vez que se ganó en el viejo Estadio Corona 2-0 pero que, en el partido de vuelta, otra vez fue un sufrir cuando Sigifredo Mercado, logró la única anotación del encuentro.
Ahora son dos situaciones distintas con dos técnicos que probaron las glorias de un campeonato en sus épocas de estar en la posición más ingrata del balompié, y en un encuentro donde se juntan el paraíso y el averno y que, detrás de toda táctica, se encuentran dos entrenadores nacidos en Uruguay y Argentina y que cautivaron las canchas de los estadios en nuestro país con sus arrojos, taponeadas, achiques con su guantes y dignos de ir ahora, por aquello que está más allá de lo impensable.
Inquietud, desasosiego, ansiedad, es lo que se encuentra en estos momentos a lo que arranca la ida hoy jueves así en la espera del desenlace el próximo domingo a partir de las 19:00 horas en una aglomeración colocada en un volcán a punto de hacer erupción y en donde muchos, aunque les duela, no piensen que se tratan de dos superpotencias porque ahora, igualan al América-Pumas (84-87-90) así como América-Cruz Azul (71,88 y 2013) y por áspera que sea esta realidad para los fanáticos de Chivas, Tigres, América o el que sea, no hay equipos que den más protagonismo que estos.
Para el cuadro de casa, aún se encuentra en muchos, el dolor no de haber alcanzado el campeonato del Bicentenario 2010 y más allá de la sospecha cuando, en la tanda de penales, hasta parece que se pusieron de acuerdo Carlos Adrián Morales y Matías Vuoso para que, cuando el naturalizado mexicano fallara su intento, el ex-monarca se vistiera de héroe.
Fueron hace 18 años cuando se vieron las caras tanto los Guerreros como los Diablos por primera vez para definir un título en el llamado verano del 2000 en una serie que ya no se quiere recordar por un 7-1 en el global a favor de los Estado de México y en lo que parecía, una final más equilibrada debido que, el Toluca, llegó como líder de la competencia con 40 unidades mientras que, los Guerreros, aparecieron como sublíderes con 31 puntos; goles de Víctor Ruiz y del "Tanque" Morales, le dieron una ventaja a los Diablos en la ida que ya nunca perderían.
El cuadro del Estado de México, ha disputado diez finales de las cuales, en ocho han levantado la copa mientras para Santos Laguna, será la novena ocasión en que va por la máxima gloria logrando ya cinco estrellas.
Ya estuvo bueno: ¡QUE SE CAMBE LA HISTORIA!
